27 de julio de 2007

Elegia para ti y para mi

I

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente en mi sueño.

Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,

y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.


II

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizás, poco a poco, dejaré de hacer versos,

bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.

Tú, que nunca soñaste más que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.


III

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.

Yo pensaré, quizás: "Que linda es, todavía".
Tú, quizás pensarás: "Se está poniendo viejo".

Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo, o con otra.
O tu irás con un hijo que debiera ser nuestro.


IV

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.

Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.

Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante; pero cada vez menos...

V


Y pasará la vida. Yo seguiré soñando,

pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.

Yo ya te habré olvidado definitivamente,

y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.

(Y quizás, para entonces, al cruzar una calle,

nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.)

VI

y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos, para siempre, cruzadas sobre el pecho.

Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,

te pasarás las horas bostezando y tejiendo.

Y cada primavera renacerán las rosas,
aunque tú ya estés vieja, y aunque yo me haya muerto.




JOSÉ ÁNGEL BUESA



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