Cuando comencé a dar mis primeros pasos por el mundo de las letras y a publicar mis relatos en este blog, uno de mis amigos virtuales -Jero- me hizo llegar un regalo peculiar: una colección de palabras. Estaba dividida en cuatro grupos: verbos, adjetivos, sustantivos concretos y sustantivos abstractos.
-Te van a servir de gran ayuda. No dejes de ir ampliando la colección con las que tú vayas encontrando-me aconsejó-
Y estoy en ello. De mis lecturas, voy tomando nota de todas las palabras que me llaman la atención por motivos diversos y las voy intercalando en las listas. Y como bien decía mi amigo, a la hora de escribir y en esos momentos que me quedo en blanco buscando la palabra adecuada, la lista que he ido confeccionando con la mayor de las paciencias, se convierte en mi gran aliada. Es, sin duda, uno de los mejores regalos que he recibido. Por eso hoy voy a permitirme el pediros que me regaléis vuestras palabras preferidas para esa colección. Las podéis dejar en los comentarios o bien, a través de mi mail, que lo encontrareis en el perfil.
Como ejemplo os diré que algunas de mis preferidas están en la imagen que he colocado al principio de este post. Espero las vuestras. Me hace ilusión conocerlas. Al mismo tiempo, si alguno de vosotros está interesado en la colección que tengo hasta la fecha, no dudéis en pedírmela. Os la enviaré con todo cariño. ¡Con la condición de que sigáis ampliándola!
Todos sabemos la importancia que tienen las palabras que elegimos para nuestros escritos. Os dejo con un texto de Pablo Neruda extraído de su obra: "Confieso que he vivido". Saborearlo muy despacio. Vale la pena...
LA PALABRA
...Todo lo que usted quiera, si señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan... Me prosterno ante ellas...Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito...Amo tanto las palabras...Las inesperadas...Las que glotonamente se esperan, se acechan, hasta que de pronto caen...Vocablos amados...Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío...Persigo algunas palabras...Son tan hermosas que las quiero poner todas en mi poema...Las agarro al vuelo, cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, vibrantes, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas...Y entonces las revuelvo, las agito, me las bebo, me las zampo, las trituro, las emperejillo, las liberto...Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola...Todo está en la palabra..Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se sentó como una reinita adentro de una frase que no la esperaba y que le obedeció...Tiene sombra, transparencia, peso, plumas, pelos, tienen de todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto transmigrar de patria, de tanto ser raíces...Son antiquísimas y recentísimas...Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada...Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos...Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, butifarras, frijolitos, tabaco negro, oro, maíz, huevos fritos, con aquel apetito voraz que nunca más se ha visto en el mundo...Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías iguales a las que ellos traían en sus grandes bolsas...Por donde pasaban quedaba arrasad la tierra...Pero a los bárbaros se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, de las herraduras, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo...Salimos ganando...Se llevaron el oro y nos dejaron el oro...Se lo llevaron todo y nos dejaron todo...Nos dejaron las palabras...
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Espero vuestras palabras preferidas...
Maat