15 de abril de 2009

Propuesta creativa de Susana


Se trata de un viejo juego: adjunto el inicio de un texto, unas lineas, y os animo a que continuéis, creando un pequeño (o gran) relato...

Podéis encontrar más relatos en el blog de Susana: http://palabrasmagicasdesusana.blogspot.com/


CAMBIO DE VIDA

Ya desde la esquina, a pesar de la profunda oscuridad reinante en la calle desierta, sin farolas, Tomás distinguió a lo lejos un brillante resplandor dorado. Caminó hacia él, cauteloso, escuchando únicamente el repiqueteo de las suelas gastadas de sus zapatos sobre el húmedo adoquinado de la acera. El frío de aquella noche invernal se colaba por los agujeros de su raído abrigo de paño y, por un momento, tuvo la tentación de darse media vuelta y volver al callejón con los demás mendigos, a calentarse junto a las amables llamas de la fogata común. Pero algo dentro de sí mismo parecía empujarlo hacia aquel brillo de oro. Cuando faltaban sólo unos metros se detuvo para contemplar desde cierta distancia las majestuosas formas de las letras de aquel cartel.

SI ERES MENDIGO, ESTA ES TU CASA, leyó boquiabierto. Con paso vacilante se dirigió al edificio y observó a dos personas que lo abandonaban impecablemente vestidas y alzó la mirada para volver a leer el cartel por si se había confundido. Al pasar por su lado le miraron sonriendo sin que Tomás alcanzara a comprender el motivo. Una estela de perfume caro, de esos que anuncia la televisión en campaña de reyes, dejaban tras sus pasos. Intentó recordar la última vez que tuvo uno de esos frascos en sus manos, pero fue inútil.

Ya en la puerta, y antes de cruzarla, miró al interior. Un grupo de personas se movía con cierta fluidez por la espaciosa estancia y, vio como una sonriente señorita, desde un gran mostrador, le hacia señales invitándole a entrar. Miró a ambos lados pero no había nadie. Sin duda esa llamada era para él y se acercó solícito a la joven, quien le recibió con un sonoro "¡Bienvenido a tu nuevo hogar!"

Fascinado, Tomás fue informado con detalle de que, en realidad, a partir de ese momento, podía considerarse en su casa. Ese edificio estaba construido, entre otros fines, para albergar a los sin techo que quisieran abandonar la calle. Sencillas habitaciones con lo necesario para vivir dignamente se encontraban a su disposición. Servicio médico, un inmenso vestuario con confortables cuartos de baño, un amplio ropero y un grupo de buenos profesionales esperaban la decisión de Tomás para atenderle.

Después de acicalarse y con ropa limpia, se dirigió de nuevo al mostrador. Al pasar ante un espejo no pudo evitar el pararse y contemplar su figura. Parecía otro. Se emocionó. Volvía a ser una persona normal. Hasta se encontraba atractivo. Un amable joven le acompañó hasta la puerta de un despacho donde le esperaba Arturo, un afectuoso asistente social que le informó de los cursos de reciclaje que se impartían en la academia del edificio y entre los que podía elegir el más afín a sus gustos y características, que le facilitara su regreso al mundo laboral y a comenzar una nueva vida.

Siempre le habían gustado los números. De hecho, antes de que su esposa se marchara con su mejor amigo y él se abandonara a la calle, su profesión era contable. Y ahora, una nueva oportunidad se abría en su camino. Debía aprovecharla. Le quedaba mucha vida por delante y tenía que luchar por su felicidad. Cuando Arturo le puso delante la solicitud de matricula en el curso de contabilidad para firmarla, decidió que al día siguiente, volvería al callejón donde el resto de sus amigos mendigos regresarían al caer la tarde. Les informaría de todo lo que él había descubierto y les convencería para que vinieran a su nueva casa, la de ellos.

Fue precisamente uno de esos mendigos, Luis, el que le despertó dando voces a la vez que le sacudía de su sueño:

¡Despierta, Tomas! Te has vuelto a quedar dormido debajo de la acera y el camión de la basura ya está entrando en esta calle...


Maat



3 comentarios:

Ardilla Roja dijo...

Pobre Tomás, de vuelta a la cruda realidad.

Habías conseguido engañarme Maat, que lo sepas.

Ahora voy a leer tu Escapada, que los peques me han interrumpido antes y no me han dejado.

Carmina dijo...

jooooooooooo con lo bien que sonaba aquello y todo era un sueño, pues me lo tragué enterito, pobre Tomás vaya tela le habeis preparado y eso que todavia me falta mucho por leer

Rafa dijo...

ohhhh, iba a decirte que aunque sonase immposible hubiese sido un mundo bonito. Pero derrepente se da de bruces con el frio suelo!!
Tomás, parece que no saldrás del charco!