Buena suerte muchacha. Lucirás muy bonita,
con el velo de novia y el ramo de azahar,
pero sin el sonrojo de tu primera cita,
sino pálida y seria delante del altar.
Pronto será la boda.Pero acaso un despecho,
amargará las noches de tu luna de miel,
si al abrir una puerta reconoces un lecho,
o al cruzar un pasillo recuerdas otro hotel.
Sin embargo, muchacha, cuando termines el viaje,
ya serás la señora de no sé que señor,
aunque tal vez descubras, al abrir tu equipaje,
que en la prisa -!que pena!- se te olvidó el amor.
JOSÉ ÁNGEL BUESA
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