Todo aquel artificio de que antaño hice gala,
ya no inquieta mi anhelo, cada día más puro:
Tras la ciencia del trino vino el golpe del ala;
bajo el frágil follaje cuajó el fruto maduro.
Abrí surcos de arena con un gesto de audacia,
con el gesto de un río que logró ser torrente;
y hoy se yergue en mis surcos una espiga de gracia,
y el torrente se aquieta con ternuras de fuente.
Y es que al cabo me nutro de la savia divina,
y ya sé lo que valen la raíz y la fonda,
porque he visto que el árbol poco a poco se empina,
y, a medida que crece, su raíz es más honda.
Y por eso en las brisas ya no fluye mi trino,
pues mis alas prefieren abarcar más distancia;
y, a manera de un árbol en mitad de un camino,
doy a todos un poco de quietud y fragancia.
Si los vientos sacuden mi verdor, no me inmuto.
Si algún hacha me quiere derribar, no me asombra.
Y hundo mis raíces, para así dar más fruto,
y alzo más mis ramajes, para así dar más sombra.
JOSÉ ÁNGEL BUESA
10 comentarios:
Vaya unos de mis favoritos has traido, Buesa, bello canto que nos dice que podran matarnos pero que siempre quedan raices interiores que haran de nuevo brotar y salir hacia adelante.
Primavera
Maravilloso.
Yo quiero ser tal fuerte como un árbol.
Besos
Bellísimo.Un abrazo
Debo ser un poco árbol porque cuando los vientos sacuden mi verdor, ya no me inmuto!
Aunque, algunas veces, sacudan mis raíces de pena.
besito.
los árboles, mis amigos.
Gracias Maat.
Te dejo una dedicatoria en mi blog.
Un abrazo.
La fortaleza del árbol muchos la quieren emular. No siempre se puede...
Abrazos.
Es precioso el poema.
Ahondar las raíces y levantar el ramaje es algo que debería ser obligatorio.
Abrazos.
Precioso Maat,precioso...!
Sigo cerca de ti,aunque no te tenga y te eche de menos...
Espero que, estés bien.
Te dejo mi abrazo y mi ánimo.
M.Jesús
Sencillamente estupendo, y no lo encontraba en mi colección, mil gracias, espero llegar a ser árbol algún día, me sentiría orgulloso de ello
Maat, sabios y bellos versos, gracias por compartirlos.
Un placer
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