Según van pasando los años, los detalles que me hacen recordarte, aumentan. Pero ya vienes a mi memoria con sosiego, hasta diría que con una cierta placidez. El tamiz del tiempo hace que me recree con lo bueno que viví contigo. Y se lo agradezco infinito.
Hace tan sólo unos días que he realizado una de las tareas caseras que más me molesta cada temporada: ordenar armarios y cajones. Las prendas de abrigo van subiendo a los altillos para dar paso a la confortable y vistosa ropa de verano. Y, una vez más, me he vuelto a encontrar con tus labores que, amorosamente, guardo junto a la preciada colcha de ganchillo que hiciste para mi "dote".
Las hay de todos los tamaños y formas. Cada jarrón, cada figura de las muchas que te gustaba coleccionar por toda la casa, descansaban en un trabajado y atractivo tapete de ganchillo. Y no habían dos que fueran iguales. Me gusta dedicarles parte de mi tiempo. Los extiendo sobre mi cama, los miro, los acaricio y, te pienso. Es como sumergirme en un oasis y desconectar de la realidad para regresar a tu lado en aquellas noches que, habiendo salido con los amigos, tú esperabas levantada mi regreso. Parece que te estoy viendo con tus gafas de pasta transparente, sentada en la única butaca que teníamos en el salón-comedor y con tu labor entre las manos. No te importaba la hora que decidiera volver, allí estabas aguardándome. Y como yo lo sabía, procuraba que no se hiciera demasiado tarde. Jamás conté a mis amigos el por qué me retiraba casi siempre de las primeras. Pero llegaba un momento que ya no me lucia la noche, sabiendo que hasta que yo no entraba en casa, no te disponías a descansar.
Ahora lamento que no aprovecháramos más aquellos instantes. Que no nos quedáramos hablando de nuestras vidas en esas horas tan propicias de la noche para las confidencias. Que me hubieras contado todos los pensamientos que te acompañaban mientras le dabas forma a esas pequeñas obras de arte en tus ratos de vigilia. Tus preocupaciones, tus anhelos, tus frustraciones. Y yo te hubiera contado lo bien que lo pasaba con mi grupo de amigos, lo colada que me tenía Arturo, y lo que suponía para mí el solo hecho de que me mirara...
En medio del silencio de la casa, entrabas sigilosa a la cocina mientras yo me preparaba para ir a dormir, y como si tuvieras el tiempo medido, poco antes de meterme en la cama, aparecías en mi alcoba con un vaso de leche.
-Hace mucho que cenaste. Ese estómago necesita algo de alimento antes de acostarte.
Y depositabas el vaso en mi mesilla de noche, mientras me dirigías la última frase:
-¡Ahora, a rezar y a dormir!
Y te veía marchar satisfecha de "tu" deber cumplido, sintiendo que te quería un poquito más...
Los tapetes han vuelto a su cajón habitual ceñidos en una vieja sábana de hilo. No he podido evitar el emocionarme de nuevo al tenerlos entre mis manos. Me siguen hablando de ti cuando los veo. La de horas de sueño que les dedicaste mientras yo me divertía...
¡Gracias, madre!
No se me olvida que era así como te gustaba que te llamáramos.
Maat
20 comentarios:
Una belleza este relato de hilvanados recuerdos!...muy emotivo y te agradezco por volcar aquí tu emoción y amor guardados en esas reliquias.
Un abrazo!
Eres de las pocas personas que consigues vidriarme los ojos al leerte. Tu sensibilidad me abruma.
Mi madre aún vive, aún disfruto de ella pero me has hecho sentir unas ganas tremendas de abrazarla.
Gracias y abrazos.
desde ayer que escribí mi relato, tambien sobre mi añorada madre ando flojilla de lágrima y a leer tu emocionada y tierna misiva a tu madre me ha vuelto la sensibleria.
Me he deleitado con cada una de tus palabras. Tus relatos son intimistas y maravillosos.
Enhorabuena.
Un besazo calentito
Y es que como una madre no hay nada.
Yo tambien tengo un montón de labores de ganchillo hechas por mi madre, guardaditas, porque es un recuerdo de lo bien que hacía todas las cosas que se proponía.
Pero no las hacía esperandome, porque a mi no me dejaban salir de noche. Tu eras una avanzada, Maat.
Un besito
Que delicia de texto Maat. Y cómo nos gusta trasnochar a las dos, por cierto ;-)
Mi madre también era/es de las que vigilan la puerta hasta que todos estamos dentro. Lo sigue haciendo todavía. Es como la vigía del faro. No descansa hasta que no nos tiene a todos sus buques "amarrados" y al abrigo de tormentas.
Ahora la artritis de los dedos no le deja hacer ganchillo, pero también ha confeccionado primores para sus hijas y cuñadas. Tengo un juego de toallas, que no uso por miedo a estropearles la puntilla. Yo creo que hasta se pinchó los dedos con aquella aguja tan fina.
Mi texto como viste va dedicado a mi abuela, porque a dios gracias a mi madre la conservo y todo es como más reciente, pero tengo muchas imágenes de ella guardadas en el archivo de recuerdos y sospecho, sacaré en otro momento.
Un abrazo fuerte.
Pd- Me gusta mucho como escribes.
Una preciosidad de relato.
Cada palabra escrita en relación a la historia que has contado, la hago mía.Pues es el mismo homenaje que yo haría a mi madre.
Un abrazo.
Querida Maat, he empezado la lectura de tu relato con cierta aceleración y sin saber como, su cadencia, su ritmo me ha atrapado y tengo la sensación de haber paseado por el tiempo con el cariño de tu madre, que era el de la mia.
Besitos, ...snifff, snifff.
Hermoso el texto,hermoso el recuerdo que nos contagias,creo que esa persona tan querida tenia la grandeza y delicadeza de brindarte a puros gestos lo que te queria,a veces ni las palabras son necesarias,puede que esten de mas.
cariños
Bellisimo recuerdo de una persona que siempre tendras en tu memoria.
Me encanto el relato.
Primavera
Hola Maat
Como me ha emocionado tu relato, yo tengo la suerte de tener a mi madre, pero hace dos años perdí a una tía muy especial y me he acordado mucho de ella al leer tu relato, yo también tengo tapetes que ella me hizo a ganchillo y sábanas bordadas, guardadas en una caja en lo alto del armario y me las encuentro en cada cambio de temporada.
Precioso relato
Un beso de Mar
Precioso relato, todavía tengo a mi madre, con problemas médicos pero todavía reina en su palacio.
Un beso.
Sabes Maat? Me dejé conducir por tu relato, y fue tan agradable: te vi en cada gesto y disfruté de esos encuentros con tu mamá y me vinieron ganas de estar la próxima vez que tengas que cumplir con la "ingrata" tarea de arreglar placares. Te aseguro que acariciaría con mucho cariño esas labores de tu mamá....
un fuerte abrazo y besotes.
Ha sido ver la foto de los pañitos de croché y ya he empezado a leer tu relato entre aguas, guardo con cariño los de mi abuela, hasta una colcha de croche que me hizo cuando me casé, que como fuí una espabilada la pobre ni tiempo le dió de hacerme ajuar, jeje, no la puedo usar, ahora las camas son más grandes, pero no me deshago de ella ni loca, precioso el relato, este Gus nos ha sacado las "entrañas" con el tema, hoy cuando me acueste voy a caer rendida, seguro que duermo de un tirón con tanto sentimiento a flor de piel...miles de besossssssssss.
Maat:
qué tapetes más bonitos... ¡y qué paciente tu madre! ¡Y amorosa! yo muchas noches pienso que debría quedarme a esperar a mis hijos, a que vuelvan de sus juergas, pero siempre me vence el sueño.
Te entiendo perfectamente cuando lamentas no haber pasado con ella más tiempo. Creo que por mucho que pasaramos, siempre nos parecería poco.
Un beso,
Mar
Hola... Sabía yo, si lo sabía que al final iba a lagrimear. Sé que hay personas que se consuelan llorando y se quedan como nuevas. Yo soy dura para el llanto y por eso lo odio, porque suele venir sólo en momentos terribles. No me gusta llorar ni en las películas, lo paso fatal siempre.
Ah, mantelitos de puntillas...
Besos y buen fin de semana. Me alegró mucho verte pormi casita.
La mano de mi madre es hacendosa.
Si he sufrido de ansiedad, todavía me acerco hasta su cuarto.
Me resulta terrible esa idea de perderla. Yo no me he casado todavía.
Viajo solo en ocasiones. He descubierto lo importante que son las habiraciones caldeadas. Y tambien, haberse encontrado con un nùmero de mantas suficiente.
Me preparo, a mi manera...
A veces, he llorado abiertamente en las estaciones de autobuses.
Busco las esquinas de no llamar la atención en lo posible. ¿Quién no ha temido haberse quedado solo hasta ese punto?
Tésalo
MAAT..P0R CIERT0, TU N0MBRE DE VERDAD...MALDITA SEA, L0 SUPE EN SU DIA, HACE MUY P0C0, PER0 MI CABEZA S0L0 DA PARA...AY, QUE DESASTRE S0Y...
EN FIN, A L0 MI0...
DICES EN UN M0MENT0 DAD0:"...Y TE PIENS0"
ESA EXPRESI0N EN SÍ ES YA C0NVIVIR C0N MADRE CUAND0 TU QUIERES. HABLAS DE UNA SERENIDAD QUE SE HA INSTAAD0 EN TI C0N EL TIEMP0 Y UNA VEZ QUE ESTEE HA TRANSCURRID0...MI PARECER ES ESE...MAMA SE ME FUE...SIEMPRE HE DICH0 QUE L0 MEJ0R QUE HE HECH0...BUEN0, SIEMPRE N0, CLAR0 ESTA, DESDE QUE MAMA SE ME FUE, L0 QU MEJ0R HE HECH0 HA SID0 DEDICARA MI TIEMP0 HASTA QUE SE FUA Y UNA VEZ C0N0CIDA LA ENFERMEDAD QUE ME A IBA A QUITAR...MAS LA SERENIDAD ESTA C0NMIG0 A DIA DE H0Y C0M0 L0 ESTA C0NTIG0.
DICES QUE SIENTES N0 HABEER APR0VECHAD0 ES0S INSTANTES DE CUAND0 TE ESPÈRABA TU MADRE. Y0 TE DIG0 QUE EN CADA TAZ0N DE LECHE TE LLEVABA T0DAS LAS PALABRAS
MEDI0 BES0, MAAT.
Que lindo Maat... yo tengo la suerte de que mi madre este conmigo aun, asus 92 años. Sigue haciendo ganchillo y toda clase de labores, me anima y me apoya en todos mis proyectos y cada dia que pasa doy gracias a Dios por el regalo de tenerla.
Besos
Maat, perdona el retraso, llegué de Madrid.
A partir de un objeto, de unos tapetes prodigiosamente compuestos, aparece la imagen precisa, de ellos las charlas y el vaso de leche. Parece mentira que el poder de tus palabras delicadas una por una, me evoquen a la madre con una intensidad emocionante. Gracias Maat con compartir ese cariño de tu corazón a los nuestros. Bsitooos.
Me has hecho un comentario precioso. He pasado a visitarte y me encuentro con estas palabras dedicadas al recuerdo de tu madre. Los pelos se me han puestos como escarpias.
¡Que lindo es poder expresar los sentimientos a través de la palabra hecha arte!
Un fuerte abrazo
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