Hoy, he vivido una experiencia desagradable y, aún así, tengo motivos para estar feliz y dar gracias de que no haya ocurrido algo peor.
El cesto de mi ropa pendiente de plancha estaba demasiado ocupado y, después de darme los ánimos oportunos, he enchufado mi vaporeta para terminar lo más rápido posible tan desagradable cometido. Normalmente tarda unos 10 minutos en estar preparada y ese tiempo lo he dedicado a entrar en alguno de los blogs que anoche me faltó visitar. En uno de ellos estaba cuando el ordenador se ha apagado. Un chasquido en el automático me ha confirmado que algo pasaba con la instalación eléctrica. El despacho está justo enfrente del cuarto que dedico para la plancha. Mi sorpresa ha sido mayúscula cuando he visto que, por debajo de la vaporeta salían llamas. Rápidamente he desconectado el aparato y lo he cogido para llevarlo hasta el cuarto de baño e intentar apagarlo con la ducha. Al levantarlo del suelo, unos pedazos de plástico ardían incrustados ya en el terrazo. Los he apagado con los pies pues a escasos centímetros se encontraba el cesto con la ropa. La suela de las zapatillas de ir por casa que eran de goma se han socarrado. No sé ni cómo pero mantenía en mi mano izquierda el aparato en llamas y cayéndole trozos de plástico encendidos en mi camino a la ducha. He conseguido apagarlo en pocos segundos. Mi casa se ha visto envuelta en una nube negruzca y mal oliente y toda ella se ha llenado de una lluvia de carbonilla.
Después de comprobar dos o tres veces que los puntos de fuego estaban apagados, mis piernas han dejado de sostenerme. Me ha venido justo llegar a mi cama y dejarme caer intentando controlar mi respiración para que el corazón lograse volver a su ritmo normal. Y es cuando me he venido abajo, al pensar lo que podía haber ocurrido. Si no llego a estar sentada frente a mi ordenador, tan cerca del lugar del accidente, no hubiese llegado a tiempo de controlar el fuego.
He telefoneado a mi esposo que estaba terminando un trabajo en su estudio y, poco a poco, hemos ido limpiando las huellas del percance.
El resto del domingo lo he pasado mal, físicamente agotada. Pero en el fondo estoy feliz y agradecida porque podía haber sido un día trágico. Mis manos estaban ennegrecidas pero, milagrosamente, no he llegado a quemarme.
Ayer, la participación de amigos blogueros fue numerosa en "Los sábados de Mercedes". Al final, no he podido leer ni dejar comentarios a los que me faltaba visitar. Sólo deciros que, gracias a la intención de hacerlo, puedo estar ahora aquí contando mi pequeña odisea. Lo que es la vida...
20 comentarios:
Mira cómo son las cosas!!...me alegro que la excusa de visitarnos te haya servido para llegar a tiempo, podría haber pasado una tragedia!!.
Suerte que no te quemaste!
un abrazo...y no hay apuro, pasa cuando puedas!!!
Pues imagino el susto que te has llevado Maat. Y sí, a veces el destino te permite estar tan cerca del desastre y poder menguarlo o evitarlo. Gracias que así fue y aunque te queda mal recuerdo del momento vivido, también te queda la alegría de que al final todo quedase en un susto.
Besos
¡jo que susto Maat! Y que buena noticia leo esta mañana. Menos mal que todo ha quedado en un tufillo desagradable y carbonilla para limpiar.
Me alegro que no tengamos que lamentar cosas peores.
Un abrazo fuerte, guapa
Me alegro que todo haya quedado en un susto y que el ordenador haya hecho de guardia.
Yo no tuve tanta suerte una vez que estaba terminando un relato y me dejé el aceite en el fuego. En cuanto vi que olía a humo corrí a apagarlo, pero la bronca fue menuda por andar en el ordenador. Ahora que, me planté en jarra y dejé claro que llevo cocinando toda la vida y es la primera vez que me ocurre. Tengo la "desgracia" de que todo lo que hago o dejo de hacer tiene la culpa el ordenador; pobrecillo. Pero bueno, cuando sea famosa (jajajja) dirán en mi biografía que tuve que sortear miles de incomprensiones y lidiar con miles de obstáculos para poder escribir.
Un abrazo de aire limpio.
PD: Si te vale, hace dos días me explotó un mechero en el bolsillo; así literalmente. Alguien me dijo que es que tengo demasiada energía. jajjaja
desgracia con suerte que le dicen,,, pero qué susto Maat. Yo vengo super rezagada, porque el fin de semana se me complicó. Comencé por leer la mala noticia, y ahora me voy a la buena...jajaj Me alegro que estés bien: una vez más compruebo que la tarea doméstica es de alto riesgo!!! un abrazo.
vaya susto guapa, yo empezare esta tarde o dentro de un rato con las visitas a los blogs, ahora estoy sin ordenador los finde, ha empezado mi estancia estival, aun asi os visitare a todos entre hoy y mañana
El susto ha debido ser de campeonato, y tu sangre fría ha sido fundamental.
Me alegro que todo haya quedado en un susto. Recupérate pronto y en pocos días lo verás más que como susto como anécdota.
Abrazos.
Maat, cariño, nunca sabemos dónde está el peligro!!!
Bueno, gracias a Dios, todo ha quedado en un susto, pero solo de imaginar lo que podía haber pasado...no me extraña que te sientas agotada!!!
Y es lo que yo digo...."el planchar es muy malo!!!!"...
Me dá mucha alegria que solo sea una anécdota...
Un besito, cariñet.
Suerte que se quedó en un susto, y suerte que eres muy rápida.
Un beso.
Pues ya sabes, a aprovechar el incidente: "Aventuras con mi vaporeta", volumen I. "Y estaba yo sentado ante mi pc, amigo Sancho, participando en el foro de caballerosdelamancha.com, cuando, como por arte de encantamiento, la electricidad súbitamente desapareció y noté un gran y espantoso tufo a quemado, como si el mismísimo Belcebú hubiera regresado de los infiernos..."
Oye, los comentarios los leo y hasta los agradezco. Besos y a por la crisis, que no ha de poder con nosotros.
¡Qué susto!
Y menos mal que al contarlo se quede sólo eso, en el susto.
Un abrazo muy fuerte,
Ramón
La buena noticia es que todo quedó en un susto, por suerte estabas cerca y has sabido reaccionar rápidamente de la mejor manera para que, una vez pasado todo el agotamiento que queda después de una situación tan estresante, lo recuerdes unicamente como una anécdota más.
Un beso de Mar
Vaya por Dios , que susto ; menos mal que todo quedo en humo y que estes bien .
No me estraña que te haya venido a bajo ; que menos .
Saludos desde Malaga.
Suerte de reaccionar rapidamente! Me alegro que estés bien... cuidate, por favor!
Un beso.
Mon
Ayyyyy Maat, que no te puedo dejar solita, enseguida aleeeee, a quemar la vaporetta, jaja
Es broma
Es por quitarle dramatismo al asunto, pero te debes haber asustado mucho.
Y ¿porqué se incendió?
La parte positiva del asunto es que de momento no tienes que planchar.jeje
Un besito
Me alegro mucho de que estés bien Maat..Estos días te eche de menos,siempre me gusta dar un margen grande de confianza..Pensé que estabas atareada..y esperé.
Ahora, me alegro de que sólo haya sido un susto..y de que estés de nuevo con nosotros.
Un abrazo muy fuerte.
M.Jesús
Queridos amigos/as.
Al leer vuestros comentarios me he sentido reconfortada. Es como si hubiese estado a vuestro lado recibiendo "en directo" esas muestras de cariño.
Es fantástico teneros "ahí".
Gracias a todos/as.
Un abrazo grande.
Maat
Hola Maat,
Te leí ayer y no pude dejarte un mensaje....estaba fuera y mi conexión un puro desastre.
Chiquita, espero que hoy estés más recuperada del susto y que no afectara a tu salud.
Me has dejado muy preocupada...Menos mal que las cosas no fueron a mayores......pero ¡¡qué susto!!
Por favor, cuidate y si notas algo te vas al médico ¿¿ok??
Miles de abrazotes!!
Hola Maat.
No he podido entrar a leeros hasta hoy, y me entero de lo que te ha ocurrido ¡Has tenido mucha suerte!
Pero, me imagino la escena angustiosa que has vivido.
Intenta relajarte. La vida está llena de situaciones imprevistas.
Un abrazo muy fuerte.
Cuanto me alegro, Maat, ¡ufff!; qué mal rato habrás pasado. Ánimo, y que pronto se convierta en una anécdota para contar esos días de repaso a las aventuras y avatares.
Bikiños
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