16 de mayo de 2009

Sábados de Mercedes

La propuesta de este Sábado de Mercedes es: "La ventana indiscreta"
La lista de todos los participantes la puedes encontrar en: http://ranchoparte.blogspot.com/


Esa mañana, a Isabel le acompañó la suerte. Incluida en la lista del primer turno de aseo, había llegado al salón de estar cuando aún permanecía disponible su lugar favorito, una hermosa ventana que daba al jardín. Era de las pocas cosas que se atrevía a pedir en aquella enorme y triste casa. Y sólo cuando el sitio lo encontraba libre, porque así se sentía mirando a través de aquellos cristales moteados de polvo añejo...libre.


Era la única conexión que le quedaba con el mundo exterior y, contemplándolo, se sentía viva. En cuanto la auxiliar de turno echaba el freno a su silla de ruedas, Isabel dirigía su mirada buscando el cielo. Comprobaba su color y, así, se formaba una idea de cómo sería el día. Esa vez lucía de un azul brillante, salpicado de cardadas nubes de algodón que permanecían quietas, como esperando para saludarla. Pero ella prefería que también tuvieran vida. Al zarandearlas el viento, cambiaban de forma y se iba imaginando cosas: un corazón, una isla, una oveja. Incluso, en ocasiones, veía a dos amantes que se besaban apasionadamente. Le gustaban las nubes. Las consideraba sus amigas, pues con ellas pasaba muchos momentos entretenida.


Raúl era el jardinero y también le distraían sus movimientos. Lo miraba embobada mientras recogía las hojas del suelo con las que formaba pequeños montículos que, más tarde, se llevaba con una destartalada carretilla verde. Lo que más le gustaba era verlo regar los setos. Cuando lo hacia, algunos gorriones llegaban hasta los charcos que se formaban para picotear en el agua. Le había tomado cariño a Raúl. No pasaba ni una mañana que no mirara a la ventana, se quitara el viejo sombrero de paja con el que resguardaba su cabeza para dedicarle un afectuoso saludo. ¡Cuánto agradecía la anciana esa muestra de aprecio! Recibía tan pocas...


El paso intermitente de varios aviones surcando el reducido cielo que divisaba, le anunciaba que el momento de acudir al comedor estaba próximo. Nunca preguntaba la hora desde que, la última vez que lo hizo, una airada cuidadora le contestó: "Hora de estar calladita, abuela."
Porque las había que parecían no tener alma, saturadas quizá por un trabajo-para el que no tenían vocación- en constante contacto con la vejez, la enfermedad y la muerte.

Las tardes le parecían más largas. Dormitaba algunos ratos. Otros, se recreaba mirando cómo la brisa vespertina movía las ramas de los árboles, a la vez que el sol, en su despedida, las adornaba con relucientes colores. Los pájaros volvían a cobijarse en sus frondosas copas y las estrellas más atrevidas tomaban posiciones en el cielo. Se acercaba la hora de la cena. Esa noche también le acompañaba la suerte. La cuidadora que venía a recogerla para llevarla al comedor, la trataba con ternura.

Si mañana pudiera volver a mirar por la ventana...


Maat


25 comentarios:

Alfredo dijo...

...Esas ventanas, testigos mudos de tanto vivido y por vivir.
Cita deseada para el día siguiente, mientras hay ventana hay esperanza.

Sentido instante, contado con sutileza, orden y ternura.

Un abrazo

MARU dijo...

Sabes, mientra leía la historia, se me humedecían los ojos. Me hacía recordar esos ancian@s que ya en su última etapa de la vida, sentados en una silla de ruedas, como mi madre, miran por dos ventanas...
Una la de la pantalla de televisión, otra la que dá al exterior...
Lo que no estoy segura es que miren y vean, o simplemente miren...

Muy emotivo,muy bello.
Un besito

Anónimo dijo...

Hola!
Me trajo tu comentario en mi post...
Que relato tan conmovedor, en mi caso por una historia triste con mis abuelos que más que abuelos fueron padres... Ellos tenían la costumbre de mirar por la ventana,de espiar por un huequito la vida de los demás, nunca los entendí, me molestaba mucho que lo hicieran... Y tu relato me hizo verlo tan claro, lamento no haberlo comprendido antes...
Me hiciste emocionar...
Muchas gracias!!
Besos!!

Celia Álvarez Fresno dijo...

La ventana siempre está. Cuando está abierta, podemos mirar sin problema. Cuando está cerrada, podemos imaginar.
Un relato muy bien escrito, Maat.
Un beso

Natàlia Tàrraco dijo...

Maat...qué tristeza y a la vez ese único consuelo, la ventana y Raúl a sus tareas.
Algunas veces he visto a los ancianos con la vista perdida, quietos ante una ventana, mi casa está al lado de una residencia. Se me oprime el corazón, me acuerdo de mi madre...
Y el pensamiento ineludible ¿estaré yo también mirando a través esa ventana de aquí unos años? que no me falle Raúl.
Un beso dulce.

Felisa Moreno dijo...

Hola Maat, es un relato tierno y emotivo, que nos descubre hasta que punto puede llegar a ser triste la soledad.

Un beso

Anónimo dijo...

Emotivo relato Maat, si puedes ver la luz del día haz ganado algo.
Un beso

balamgo dijo...

Entrañable y conmovedor relato. Demasiados casos como los que describes vemos cada día, desgraciadamente. Me ha enternecido, pues me he acordado de una persona muy especial.
Un saludo.

chonoman dijo...

Has movido mis cimientos, las ventanas trajeron a mi memoria el relato que yo escribí, pero tú me has traído con el tuyo unos recuerdos que guardo muy dentro de mí, al leerlo he evocado los últimos días de mi abuelo, por motivos de salud los paso en la clínica, yo le cuidaba y todas las mañas ponía su silla de ruedas en el amplio ventanal de la sala, veíamos el jardín, veía pasar la vida tal y como tú la describes.
Gracias.
Paola.

M.A dijo...

Qué bien lo cuentas, Maat. Se lee tierno y pausado.
Siempre hay una ventana de esperanza. Ya ves, yo me quedé a oscuras un día y casi me muero. Suerte que tenía un rotulador a mano y en el muro de piedra más cercano, pinté la ventana que necesitaba y a mi gusto. Van entrando los rayos. Es que hay rotuladores mágicos, jajaj

Dorotea dijo...

La ventana de tu relato me ha hecho recordar una muy distinta, la de mi infancia. Cada tarde nos asomábamos mi madre, mi hermana mayor y yo para esperar la llegada de mi padre. Cada tarde le saludábamos como si volviera de un largo viaje, y mientras yo corría hacia la puerta para abrirle, recuerdo con total nitidez que cada tarde daba las gracias porque él había vuelto sano y salvo del trabajo en una oficina, que para mí simbolizaba el mundo exterior lleno de riesgos y peligros.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Maat, primero lo primero, gracias por tu comentario.
Tu relato me emociona y me conmueve, todo lo referente a abuelos y ancianos me produce una emocion fuerte. Muy linda la historia.Qué soledad la de esa anciana.

Espero que mis hijos cuando vieja no me internen en un geriatrico.Un beso.

Pilar dijo...

QUÉ TIERNO MAAT!! es precioso, este tema me toca muy de cerca. No puedo con la gente dura de las residencias!
Muchas gracias por compartirlo!
Besos

Anónimo dijo...

PRIMER0 C0MENT0 TUS PALABRAS EN MI SABAD0...SI TE HA GUSTAD0 Y TE HA HECH0 S0NREIR, C0N ES0 EST0Y PAGAD0...MÁS C0N HABETE PASAD0 P0R MI CASA, P0R SUPUEST0.
EN CUANT0 A ESA FRASE, LA DE...LECHES, SE ME 0LVID0...¡¡¡
PAS0 A LEERTE.
EL C0MENTARI ES EL SIGUIENTRE:
TRABAJE C0M0 AUXILIAR DE AYUDA A D0MICI0LI0 EN ESTA ZAM0RA DURANTE UN AÑ0 MAS 0 MEN0S. ME T0C0 EN SUERTE UN ANCIAN0 C0N UNA ENFERMEDAD SIMILAR AL ALCEIMER 0 C0M0 SE ESCRIBA.SE LLAMA el niñ0,PARA MI ES Y SEGUIRA SIEND0 el niñ0, AUNQUE ATIENDE P0R AMBR0SI0 TAMBIEN.AUN LE QUIER0 AL MUY CABR0NAZ0000. FUE ESPECIAL PARA MI. SABES, AH0RA (TIENE UN HUJ0 Y D0S HIJAS Y PASABA UN MES EN CADA CASA)EL HIJ0 SE HA ENFADAD0 C0N LAS HERMANAS, Y P0R ENDE, C0N EL NIÑ0...ES UNA PENA¡¡¡
EST0 ME HA SUGERID0 TU RELAT0, EL CUAL ES...
SI ME HA SUGERID0 EST0, ES ES0, ESTAS PALABRAS MIAS.
GRACIAS,MAAT.

Anónimo dijo...

Hola maat!!! el año pasado lleve a mi madre a un geriátrico y me la devolvieron al mes casi muerta, gracias a Dios ahora esta bien, pensé que en ese lugar estaría mejor que en mi casa, donde pasa mucho tiempo sola, pero me equivoque, así que se del tipo de trato que les brindan a los pobres ancianos. Inexpertos y sin ganas, disculpa que te cuente esto, pero tu relato me hizo acordar. Pobres viejos a esa edad se merecerían algo mejor.
Un abrazo, buen domingo.

tag dijo...

Maat, me has recordado a mi mami.

Estaba en una Residencia de Mayores,en una silla de ruedas,privada y sólo queria estar en un gran ventanal que había junto a la puerta de entrada.
Se pasaba allí los dias, esperando que fueramos a visitarla.
Creia que al estar alli, para recibirnos, llegariamos antes.
Y el comentario de la cuidadora,triste y real como la vida misma.
Tu y yo hemos coincidido hoy en que nuestros relatos no han sido muy alegres,pero reales a tope.
Un besito

Any dijo...

Me gustó tu relato, aunque me dejó triste. Como será mi vejez me preguntaba. Tendré una ventana por donde ver pasar mis últimos dias? Me gustaría que diera al mar, nunca me canso de mirarlo.
Con que poco se alegra la gente mayor no? Un saludo como el de Raul, un avion que pasa, un pajarito que canta ...
Me quedo pensando
un gran abrazo

Nancy dijo...

Cuánta ternura. Y pensar que un gesto puede hacer la diferencia entre un día y otro para una persona.
Muy hermoso y conmovedor relato.
Apapachos

MAJECARMU dijo...

La luz es importantísima..la luz y el cielo en nuestra vida..!

Bella historia,nos acerca,nos conmueve y nos recuerda..que también nosotros llegaremos..si llegamos..!

Felicidades por esa solidaria humanidad que te honra,Maat.

Un abrazo muy fuerte.

Ardilla Roja dijo...

Madre mía, si las ventanas de los hospitales y residencias de ancianos pudiesen hablar. De hecho cualquier ventana, pero tal vez sea en esos momentos en los que la vida y la muerte se separan por finos hilos, cuando los pensamientos son más fuertes.

Precioso relato, rico en descripciones. Has creado una ventana con cristales muy limpios Maat. Te felicito.

Un abrazo, sin cristales de por medio.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Creo que de todas las colaboraciones que he leído para este sábado literario, la tuya es la que más me emocionó. Logras transmitir toda la tristeza y dolor contenido, ansias de libertad y juventud perdida de tantos seres que, sólo por haber tenido el privilegio de llegar a viejos, luego son abandonados como trastos en algún rincón olvidado. He pasado por la dura decisión familiar de tener que optar por buscar uno de estos sitios para familiares muy queridos y he visto mucho dolor e incomprensión allí.

Te felicito por el giro que le has dado a este juego tan gratificante de todos los sábados.


Un abrazo!

Carmina dijo...

Que tristeza la de la persona recluida, al leer este texto me ha recordado a mi suegro, solo pedia levantarse, al final el medico lo ha permitido y muchos contemplamos como se puso de pie a pesar de la debilidad, su intencion mirar por la ventana, tan solo le separaban unos diez pasos que para el eran terriblemente pesados, ayudado por sus hijos que lo tratan con un inmenso cariño pudo cumplir su deseo, mirar a traves de aquella ventana los preciosos jardines del hospital. Que triste la vejez, al menos las personas que tienen que tratar a diario con ellos deberian tener vocacion y ser amables, con un poco de suerte a viejos llegaremos todos y nos gustara ser tratados con ternura... Una historia preciosa Maat y escrita con mucha ternura

Juan Manuel Rodríguez de Sousa dijo...

Maat, tu relato está bien escrito, con mucha suavidad, como esas nubes que la protagonista contempla en el cielo,
Ha sido un placer leerte,
Un beso,
Juanma

mar... dijo...

Que triste pensar que hay muchos ancianos en esa situación y que triste también pensar que mañana podemos ser nosotros
Me ha gustado mucho
Un abrazo de Mar

Teresa Cameselle dijo...

Qué bonito lo has contado, me ha encantado.
Un beso.