2 de diciembre de 2008

Eva

Esta tarde he vivido una experiencia bonita. En un centro comercial de Valencia se presentaba el libro de poemas de una joven autora, Eva, que a sus 17 años ya ha conseguido su primer premio literario en la XXXIII edición del Premio de poesía "Josep Plá".

La tarde en Valencia era fría y mis ganas de salir de casa, más. Casi a última hora, me he "impuesto" hacerlo. Y no me he arrepentido. No todos los días se tiene la oportunidad de conocer a una persona como Eva. El acto de presentación ha comenzado con unas palabras de su editora, que a grandes rasgos nos ha definido a esta estudiante de Filologia, como una firme realidad y con mucho futuro en el mundo de la Poesía. Ha ido escribiendo poemas desde los 8 años, y ha ido atesorándolos en sus libretas sin que nadie conociera su existencia. Salieron a la luz gracias a un trabajo de poesía en su 6º curso, y merced a, su profesor de Literatura. Una recopilación de sus poemas dieron paso a su primer libro, publicado en Abril del presente año y que ya va por la tercera edición...

Una nerviosa Eva, cohibida por el público asistente y mucho más por el micrófono, fue contestando a las preguntas que se nos dió la posibilidad de formularle. En mi turno de palabra, le conté que yo era una aficionada novata a la poesía y que me gustaba estudiar sobre ella. Le cité uno de los conceptos que más me han agradado de lo que llevo leído sobre escribir poemas -al poema hay que dejarlo reposar-, (Eduardo Garcia) y me interesé por su método. Mi pregunta le hizo soltar una risa inquieta, y me aseguró que ella no dejaba reposar sus poemas, que los escribía tal cual le salían y se quedaban así... Que hay noches, que tiene que levantarse de la cama a plasmar en folios los versos que, sin buscarlos, le surgen en su mente.

Allí mismo, leímos algo de su obra.

Su libro comienza con un : ¿YO? y a la pregunta de ¿Quién soy yo...? una respuesta que puede dar la magnitud de su potencial:

-Soy lo efímero en la luz con un papel y un bolígrafo ahogados en mis lágrimas-

Después de veinte minutos de cola, esperando mi turno para llevarme su libro dedicado, llegué ante ella y me recibió con una amplia sonrisa. Tomó mi ejemplar y escribió:

"Gracias por venir y hacerme pensar...en el reposo de mis poemas". Con mucho cariño, Eva."

Os dejo uno de ellos. No llevan título. Sólo un número. Este es el número 3.


Ya no tengo miedo, al hombre del saco,
ni tampoco temo, al monstruo de mi armario.
Ya cambié, las muñecas por verdades.
Nadie me explica por qué discuten mis padres.

Quiero arreglar,
quiero saltar
quiero saber, qué es normal.
No quiero crecer,
aún quiero soñar.

Llega la noche, otra vez solas a cenar.
Una copa de cerveza y él sentado en el sofá.
Ya hay tres latas y acaba de empezar.
Absorbe la alegría nada más entrar.
Un calambre en el cuerpo, sin saber si pasar.
Metes la llave y el corazón se te vuelve a parar.

Quiero arreglar,
quiero volar,
quiero saber, qué es ser normal.
No quiero crecer,
aún quiero soñar.

Ahora ya se ha ido,
la nube ya no está,
pero ahora ya he crecido.
Ya no es hora de jugar...

EVA LLOPIS


Me despedí de esta joven deseándole de corazón que se haga realidad todo lo que encierra una frase con la que pone fin a uno de sus trabajos:

...seguiré escribiendo, seguiré soñando, seguiré volando por mi imaginación...


Que sea, por muchos, muchos años.

Realmente valió la pena salir de casa y pasar un poco de frío.

Maat.





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