11 de septiembre de 2007

Soneto adolescente

Qué dulce, si lloviera de repente...
No sé por qué, porque tu estas lejana,
pero en la soledad de esta mañana
hay algo de tu amor que no está ausente.

Y yo sonrío, extraño adolescente
de ojos cansados y cabeza cana,
yo, que aún puedo asomarme a la venta
y ver la luna que no ve la gente...
Ah, si, qué dulcemente llovería
con ese sol, para olvidar un poco
mi prematura gran pasión tardía...

Y yo cierro los párpados huraños
pensando en ti, yo, extravagante y loco
adolescente de cuarenta años.

JOSÉ ANGEL BUESA


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