Os voy a relatar algo que presencié hace unos días y, que llamó especialmente mi atención..
Era por la tarde. Tenía que realizar varias compras y me dirigí a un centro comercial. Cuando aparqué mi coche, me dí cuenta que, al lado mismo y en la parte trasera de su vehículo había una chica de unos 30 años que intentaba bajar de su sillita a un crío que tendría 3 añitos más o menos. El crío, no es que no quería bajar, es que además "pasaba" de todas las reflexiones que con toda la paciencia del mundo le estaba haciendo la que deduje, era su mamá. El angelito, cogido a su volante amarillo, seguía "conduciendo" sin tan siquiera dirigirle una mirada a la joven. Sentí curiosidad por ver como terminaba el tema, e hice un poco de tiempo para bajar de mi coche. Con esta joven, había una señora, seguramente una abuela del niño. Cuando vio que para la mamá el tema se había convertido en una "misión imposible", tomó cartas en el asunto. Se metió prácticamente en la parte trasera del vehículo y sacó al niño de su tozudez. No sé que fue más rápido, si que depositara a ese pequeño bribón en el suelo o que este le propinara una sonora patada en la espinilla a su querida abuela.Y digo sonora, porque yo oí el ruido desde mi coche...tal cual. En ese momento, la abuela tuvo una reacción ¿lógica?, y era el culete del niño. Hacia allí se dirigía una buena palmada cuando la joven, cogiendo del brazo a la señora, le dijo: no, no, ahora es cuando hay que cantarle la canción....y cogiendo una mano del niño -que miraba desafiante a las dos mujeres- comenzó a cantar una canción, a la vez que conseguía que el niño, como un solo hombre, encaminara sus pasos hacia una de las entradas del centro comercial al son de esa música milagrosa... Yo, no sé que cara tendría en ese momento, pero la de la abuela era todo un poema. Para entonces, yo ya había salido de mi coche y por unos segundos nuestras miradas se cruzaron. Lógicamente no nos dijimos nada. Tampoco hizo falta. Eramos "cómplices" totales en ese momento. Imaginé como se sentiría cuando comenzó a seguir los pasos de la joven...
Por la noche, cenando, le comenté a mi esposo el suceso:
-¿Te imaginas lo que tendremos que hacer nosotros cuando seamos abuelos?-
Que pena me ha dado esa abuela. Y la mamá, me ha dado toda la ternura del mundo. Sin duda está siguiendo "algunas directrices" de cara a la educación de ese niño...Pero la relación patada-canción, no me cuadra nada. Lo que se dice nada.
Mi esposo, que es por encima de todo muy práctico, poniéndo una mano sobre mi brazo me dijo...
-No te agobies antes de hora.Cuando llegue el momento, haremos lo que tengamos que hacer-
-!Como siempre!, apostillé......¿o no?
MAAT
Era por la tarde. Tenía que realizar varias compras y me dirigí a un centro comercial. Cuando aparqué mi coche, me dí cuenta que, al lado mismo y en la parte trasera de su vehículo había una chica de unos 30 años que intentaba bajar de su sillita a un crío que tendría 3 añitos más o menos. El crío, no es que no quería bajar, es que además "pasaba" de todas las reflexiones que con toda la paciencia del mundo le estaba haciendo la que deduje, era su mamá. El angelito, cogido a su volante amarillo, seguía "conduciendo" sin tan siquiera dirigirle una mirada a la joven. Sentí curiosidad por ver como terminaba el tema, e hice un poco de tiempo para bajar de mi coche. Con esta joven, había una señora, seguramente una abuela del niño. Cuando vio que para la mamá el tema se había convertido en una "misión imposible", tomó cartas en el asunto. Se metió prácticamente en la parte trasera del vehículo y sacó al niño de su tozudez. No sé que fue más rápido, si que depositara a ese pequeño bribón en el suelo o que este le propinara una sonora patada en la espinilla a su querida abuela.Y digo sonora, porque yo oí el ruido desde mi coche...tal cual. En ese momento, la abuela tuvo una reacción ¿lógica?, y era el culete del niño. Hacia allí se dirigía una buena palmada cuando la joven, cogiendo del brazo a la señora, le dijo: no, no, ahora es cuando hay que cantarle la canción....y cogiendo una mano del niño -que miraba desafiante a las dos mujeres- comenzó a cantar una canción, a la vez que conseguía que el niño, como un solo hombre, encaminara sus pasos hacia una de las entradas del centro comercial al son de esa música milagrosa... Yo, no sé que cara tendría en ese momento, pero la de la abuela era todo un poema. Para entonces, yo ya había salido de mi coche y por unos segundos nuestras miradas se cruzaron. Lógicamente no nos dijimos nada. Tampoco hizo falta. Eramos "cómplices" totales en ese momento. Imaginé como se sentiría cuando comenzó a seguir los pasos de la joven...
Por la noche, cenando, le comenté a mi esposo el suceso:
-¿Te imaginas lo que tendremos que hacer nosotros cuando seamos abuelos?-
Que pena me ha dado esa abuela. Y la mamá, me ha dado toda la ternura del mundo. Sin duda está siguiendo "algunas directrices" de cara a la educación de ese niño...Pero la relación patada-canción, no me cuadra nada. Lo que se dice nada.
Mi esposo, que es por encima de todo muy práctico, poniéndo una mano sobre mi brazo me dijo...
-No te agobies antes de hora.Cuando llegue el momento, haremos lo que tengamos que hacer-
-!Como siempre!, apostillé......¿o no?
MAAT
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