13 de mayo de 2010

Este jueves, un relato: Nombres



Al leer la propuesta de esta semana en el blog de Gustavo http://callejamoran.blogspot.com/, decidí relataros la simpática anécdota familiar que envolvió la designación de mi nombre de pila.


Cuando mi madre recibió los primeros avisos de mi llegada, nadie esperaba, ni por asomo, que la familia pudiera aumentar. Mi padre, prácticamente acariciaba la cincuentena y fue el que más celebró la buena nueva. Mis hermanos mayores, veinteañeros, tardaron en asimilar el hecho, y para la que hasta entonces había sido la pequeña y mimada de la familia, fui un golpe bajo.

Pero mira por donde que mi futura presencia iba, de entrada, a solventar un problema que en el seno de mi familia se había estancado desde el mismo momento que a mi hermana- la del golpe bajo- le pusieron de nombre María del Pilar. Y os lo explico.

En mi hogar, teníamos la clásica tía mayor, soltera, con cierto protagonismo en los asuntos familiares. Era una persona con profundas convicciones religiosas y, como buena extremeña, devota de Nuestra Señora de Guadalupe. Ya intentó que a mi hermana mayor le pusieran este nombre, pero mi padre, al ir al juzgado, la inscribió como María del Carmen, quiero imaginar que con el beneplácito de la madre de la criatura. Tuvieron sus más y sus menos cuando mi tía conoció la noticia, pero mi progenitor, con mano izquierda, la convenció de que, al fin y al cabo, le habían puesto el nombre de otra Virgen, y que todas las advocaciones se referían a la Madre de Dios. Y parece que coló...

Luego vino un varón. Y llegaron tres nombres para él: Vicente, Luis, Eusebio. El primero, para seguir la tradición familiar, el segundo, me imagino que fue para alagar a la tía, quien presumía de un nombre compuesto: Balbina Luisa, el tercero, en honor del abuelo...

Con la llegada de la siguiente niña, parecía estar claro el nombre que iba a recibir. Pero tampoco. Fue inscrita como María del Pilar y ahí comenzó el conflicto. De nada sirvieron las explicaciones. Esta vez no coló ninguna de ellas. Y ante lo irremediable de la situación, la señora Balbina Luisa comenzó y -amenazó que para siempre- a llamar a mi hermana "Encarnita". Y lo cumplió.

La condescendencia que mis padres tuvieron con ella fue infinita. Hasta que yo llegué...

Mis tres hermanos eran pelirrojos y de piel muy blanca. Cuando yo nací, mi tez era morena, como si viniera de tomar el sol en una playa caribeña, y mi pelo era largo y negro azabache...

-Es morena, como la Virgen de Guadalupe...-musitó mi tía asomándose a la cuna.

Por aquellos días, mi padre hubiese sido capaz hasta de subir en globo si alguien se lo hubiese pedido.

Recibí las aguas bautismales con el nombre de María de Guadalupe. Nombre que acorté con mis primeros balbuceos, dejándolo en un escueto "Pupe". Así me llaman todavía en el entorno familiar.

A mi hermana María Pilar, nunca más volvieron a llamarle Encarnita.

Maat





19 comentarios:

Alfredo dijo...

Anécdota divertida y real, casi todas las elecciones de los nombres de los recien nacidos están rodeadas de significados, alegorías, homenajes y últimamente de modas.

Y tú, tenías una sólo tía, pero cuando se ponen chulas las dos abuelas, el bebé se pone a temblar.

Tú, no puedes quejarte, Guadalupe es muy bonito.

Besos

Ardilla Roja dijo...

Hija, qué favor le hiciste a tu hermana viniendo a este mundo.

Es una historia curiosa, "Pupe" y tu la has contado con tanta ternura...

Un abrazo

Anónimo dijo...

Aunque no quiera reconocerlo, a mì me ha complacido mucho, que mi ahijado lleve el mismo nombre que mi abuelo y que yo mismo.

sin embargo, yo tomo con auténtica delectaciòn, mi apodo literario.
Ademàs, esto nunca se transmite.

Tésalo

tag dijo...

Vaya Lupe, que bien nos has contado porqué te llamas así.

Y entonces ¿ Maat?
Nos podías contar tambien el motivo de este nick.

Yo me llamo Tere porque cuando nací se estilaba poner a la primera niña el nombre de la madre y al primer niño el del padre.
Ya se había pasado la moda de poner el nombre del santo del día.
Y menos mal, porque me hubiera tocado Cayo, o Agapito o Acepsimas... uuuuuffff que susto!

Un besito

casss dijo...

Qué precioso lo que nos cuentas, siempre con esa calidez de tus relatos, Pupe. Tuve una tía Guadalupe, la Tía Lupe, un ser amoroso, especial, y ese nombre siempre lo asocié al cariño que le profesé.
Insisto en lo entrañable de tu anécdota....
un abrazo.

Susurros de Tinta dijo...

Jajaja, creo que tu hermana al fin y al cabo, a pesar del golpe bajo debería de dar gracias a la virgen de Guadalupe por tu afortunada llegada, gracioso relato, la que lian los familiares con los nombres, aisssss, miles de besossssssss.

Teresa Cameselle dijo...

Bonita historia, y tremenda tu tía, jaja. Claro que mejor Guadalupe que todos los nombres extranjeros y mal escritos que tenemos que escuchar en los últimos años, pobres niños.
Un beso.

Natàlia Tàrraco dijo...

!!Pupe!! sublime nombre, casi Pepe, casi Pupa, casi pi...o papá o papi o pepa o pipa. Lo que da una letra, lo que da el albur de los nombres que cantan e insinuan: Encarnita; roja??? Balbina...divina, balbucea del latín???
!Fantástico! me abres un mundo de sugerencias, Guadalupe, Lupita, Maat, matadora y evocadora.

rosa_desastre dijo...

Guadalupe la morenita, si señor!! Tu cerraste el circulo de las desavenencias. Te llamen como te llamen, "gran mujer" tambien estaria bien.
Un beso

Neogeminis Mónica Frau dijo...

jajjajaa qué linda anécdota nos has traido!...Pupe...! precioso y tierno nombre que te has autoimpuesto y sin dudas te queda muy bien!...el cambio de mote que le trajo tu nacimiento a tu hermana da para un cuento! jejjeeje
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Tierna historia sobre los orígenes de tu nombre. Aparte de la felicidad natural por tu llegada, esta supuso un motivo de alegría adicional al menos para tres personas en tu entorno. Tu hermana, que dejó de oir lo de Encarnita, tu tía que vió cumplido su anhelo y tu padre que pudo al fín complacer el mismo.
Un abrazo.

César dijo...

Vaya, al parecer cuando Dios organizó el mundo no se olvidó de que cada familia tuviera su tía soltera metomentodo.
Menos mal que con tu llegada se puso al fin orden en las disputas sobre como llamarse cada cual.

Manolo Jiménez dijo...

No podías tener otro nombre :-)

Si eres morena tienes todo para ser como Ella: alma sin igual.

Abrazos.

Anónimo dijo...

te pued0 c0ntar un secret0, pupe?
anda, dime que sí...
vale, graciasss
me gusta mas el n0mbre de
MAATTTTT
te das cuenta que muchas veces cuand0 te escrib0 añad0 a maat aquell0 de n0 se que de la di0sa egipcia del 0rden?
en realidad n0 se muy bien a que me suena maat...que es maat en realidad dentr0 de la tradicci0n de antigu0 egipt0...n0 me di0 p0r reaveriguarl0¡¡¡
pupe, me perd0naras p0r este secret0 verdad?
al fin y a cab0 c0nsiderame cua tia , esa que al fiin se llev0 e gat0 al agua
medi0 bes0....

iñaki zaratiegui dijo...

María de Guadalupe,
extremeña y morena,
abrazó una ola de mar,
y ya fué por siempre gaviota.
Sobre el Mediterraneo azul,
sus alas blancas planean,
círculos donde la luz,
dibuja ternura en las letras.

Un abrazo Maat.

Magamerlin dijo...

Al final, tu tia se salio con la suya.
La elección de nuestros nombres tienen historia, de porque lo eligen nuestros padres, habrá que preguntarles.
Besos, hasta pronto.

Alhena dijo...

Hola Maat
A mi hermana le pusieron el nombre por la fecha de nacimiento, para mí decidieron matar dos pájaros de un tiro y me pusieron el nombre en honor al abuelo y a la abuela paterno-matena.
Te lo comento porque por la fecha de nacimiento me hubiese llamado Guadalupe :)

Los nombres de antes tienen su historia y la tuya.

Abrazos.

MAJECARMU dijo...

Muy interesante Maat..!!
Antes de nacer ya sobrevolabas como una gaviota..tratando de hacer justicia con sentido del humor y profundidad..!!

Siempre me gustaron las gaviotas..por eso aposté por ti..!!

Mi gratitud y mi abrazo grande.
M.Jesús

Mercedes Ridocci dijo...

Un escrito fluido, ameno y divertido.
Te felicito.
Un abrazo para Pupe