9 de noviembre de 2012

Este jueves, un relato: Volvemos en seis minutos.






A la introducción que nos hace  Gus desde su blog para el tema de esta semana, diré que la televisión se metió en nuestros hogares, de forma oficial, el 28 de Octubre de 1956.  Ese día televisión española, lanzaba  oficialmente desde los estudios del  Paseo de La Habana, su primer programa. A mi casa  llegó unos años más tarde. Y de esos años de tele en blanco y negro recuerdo con especial cariño una serie-muy poco cariñosa-que se llamaba "Los intocables". 

Os decía que a mi casa vino unos años más tarde, ya entrados los sesenta. Donde llegó mucho antes fue a casa de Don Eugenio, nuestro vecino, un militar retirado por causa de una ceguera inesperada, y que, tanto él como su familia, se convirtieron con el paso de los años, en parte de la mía. 

No recuerdo exactamente que día de la semana emitían dicha serie. Lo que si recuerdo con verdadero agrado, es el cuadro que organizamos para disfrutar de cada episodio televisado. La casa de Don Eugenio era espectacular. Al lado de la puerta de entrada había un gran salón, de techos altos y paredes revestidas con toda clase de cuadros imaginables. Un enorme y cómodo sofá de terciopelo marrón a juego con dos mullidos  butacones orejeros acompañaban a un reluciente piano, conformando todo el mobiliario de la estancia. La grandiosidad de unas puertas lacadas en blanco marfileño con picaportes dorados, daba paso a una cómoda sala de estar, donde se hacia "la vida" en esa casa. Un gran balcón daba a la Gran Vía del Marqués del Turia, y tras sus cristales, Don Eugenio se pasaba muchas horas al día disfrutando de la claridad que sus ojos conseguían apreciar de vez en cuando...

Apenas unos minutos antes de comenzar a emitirse la serie, mi madre, mis hermanas y yo, bajábamos a casa de nuestros vecinos, ocupando la espaciosa sala que, ese día, sufría algunos cambios...Sus  enormes y elegantes  puertas lucían abiertas, dejando ver el flamante televisor que presidía la estancia contigua, el sofá, encarado hacía él, acogía con generosidad  nuestros cuerpos y, a los primeros sones del tema musical compuesto para la serie por el arreglista  Nelson Riddle, ya estábamos prestos  para regocijarnos con las andanzas de Robert Stack, en el papel del Agente Eliot Ness, en su lucha con el imperio criminal de la mafia de Chicago, en plena vigencia de la Ley Seca impuesta en Estados Unidos...


Ya se que no era una serie muy apropiada para mi edad, aunque era "tolerada", pero esos penetrantes ojos claros  y, la pícara sonrisa de Stack, me tenían encandilada.

  Además, siempre ganaba él.

Un programa que echo de menos...? 

A día de hoy, y si pudiera elegir, se emitiria de nuevo "Estudio 1". Aquel espacio, permaneció en antena a lo largo de 20 años, dando lugar a la representación de más de 400 obras teatrales de reconocidos autores españoles y extranjeros interpretadas por un formidable elenco de actores nuestros. Guardo un imborrable  recuerdo de la actriz Mary Carrillo, en su brillante trabajo de "La malquerida", obra de teatro escrita por el dramaturgo Jacinto Benavente. ¡Estuvo soberbia...!

Y para terminar, una escueta referencia a un programa muy peculiar que también ha venido a mi memoria gracias a la propuesta de esta semana de Gus. Se titulaba: "El alma se serena" y con este espacio se "cerraba" la emisión del día con unos versos escogidos para la meditación y el relajo a los que  acompañaba  una agradable música de fondo, invitando ambos a un placentero y merecido descanso.

Coincidía este programa-algunas noches-con la hora de mi vuelta a casa, después de una tarde entre amigos y revoloteando todavía en mi estómago las mariposas impulsadas por el último beso de mi entonces novio-hoy esposo-regalado en el portal como despedida...

¡Ay, que tiempos aquellos!
 Lupe

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10 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Recuerdo también aquella serie que, por supuesto, no era lo que podríamos decir "tranquila"pero estaba muy bien realizada para la época y resultaba muy atractiva,además la tele era novedad y todo lo que se presentaba,entusiasmaba. Me conmueve pensar en ese tipo de vecindad,tan generosa y abierta, tan distinta a la que en general practicamos hoy en día.
También veiamos en casa Estudio 1,nos reunía en familia con la excusa de ver y escuchar excelente música.
Gracias por compartirnos estos entrañables recuerdos!

Toni dijo...

Como me gustaría ver por un agujero aquel salón y la emoción de aquellas niñas. Que bien lo cuentas.
Saludos!

Pd Puede que ya lo conozcas pero por si no te dejo este enlace. Permite acceder a diversos programas de "Estudio1".

http://www.rtve.es/alacarta/videos/television/erase-una-vez-tele-estudio-tve/861526/

rosa_desastre dijo...

Ay Lupe, yo tambien allanaba la casa del vecino para ver Estudio 1, yo portaba mi sillita de enea y me sentaba en primera fila y cuando aparecian los dos rombos en la parte superior derecha de la pantalla me echaban pa mi casa jajajajaja.
Uffff que vieja que soy.
Un beso

San dijo...

A medida Lupe que he ido leyendo este jueves, he querido recordar la llegada de la Tv a casa, pero por más que intento no hay forma, solo me viene la imagen de cuando cambiamos a la de color. Lo que si recuerdo era que los vecinos venian a casa a ver ese estudio 1, como bien dices duró muchos años, tantos como para que ya mayorcita fuera uno de mis programas favoritos, creo, bueno estoy segura que fue decisivo para que naciera en mi ese gusto por el teatro.
Que bien lo has contado y que nostalgia he sentido.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Recuerdo con algo de nostalgia ese magnífico programa que acercaba lo mejor del teatro a nuestras casas. También recuerdo el programa La Clave que presentaba José Luís Balbín, Tiempos en que los vecinos eran algo más que inquilinos del mismo edificio.
Un abrazo.

casss dijo...

Yo veía los Intocables los sábados por la noche. Recuerdo que lo miraba en familia, y lo disfrutabamos mucho. Eran lindos momentos en los que se compartía entre todos un mundo tan lejano como revuelto. Para nosotros por arquí Studio 1, era el programa Italiano por el que conocimos a Mina y a las mellizas Kessler.
Como con los olores... hay cosas que nos retrotraen con nostalgias y a lindos tiempos!!!

besos

GUSTAVO dijo...

uy y uy , la niña lupe era basada por su entonces novio..uy...
¡¡¡yo quiero una novia para hoy que cuando llegue a mi casa me bese, pero sobretodo en estos tiempos en los que llueve, a ver si tiene lo que hay que tener y se me queda pegada a los morros,jajjaja!
y sabes, lupe, como que yo no me acuerdo de esa serie...pero sí que echo de menos eso del ESTUDIO UNO... lo bueno...ay, apenas si sé si volverá....
medio beso.

Sindel Avefénix dijo...

Yo por suerte contaba con una tele en casa, pero eso sí era exclusivo de los mayores, de vez en cuando los chicos podíamos elegir algún programa, pero de la mano de mis padres pude disfrutar de esa serie maravillosa, y de tantas otras que uno no se perdía por nada del mundo.
Un beso.

Montserrat Sala dijo...

Querida Maat: Creo que no te habia vistado nunca, pero hoy me he resarcido con creces. He estado fisgoneando un poco, y todo lo que he visto y he leido me ha encantado.

el relato: una gozada. Un beso.

Juan Carlos Celorio dijo...

Era fenomenal ver la TV en grupo, o aunque la viéramos solos, como al día siguiente todos teníamos recuerdos comunes y los comentábamos.
Lo de Estudio 1, apasionante, imprescindible.
Besos, amiga.