Dame tu brazo, amor y, caminemos;
dame tu mano y sírveme de guía.
Ya no quiero saber si es noche o día:
mis ojos están ciegos. Avancemos.
Dame tu estar, amor, en los extremos,
tu presencia y tu infiel sabiduría:
por los caminos de la sangre mía
ya no sé si es que vamos o volvemos.
Y no me digas nada. No es preciso.
Deja que vuelva al pórtico indeciso
desde donde no escucho ni presencio:
Todo fue dicho ya, tan a menudo,
que ahora tengo miedo, amor, y dudo
de aquello que está al borde del silencio.
JULIA PRILUTZKY
dame tu mano y sírveme de guía.
Ya no quiero saber si es noche o día:
mis ojos están ciegos. Avancemos.
Dame tu estar, amor, en los extremos,
tu presencia y tu infiel sabiduría:
por los caminos de la sangre mía
ya no sé si es que vamos o volvemos.
Y no me digas nada. No es preciso.
Deja que vuelva al pórtico indeciso
desde donde no escucho ni presencio:
Todo fue dicho ya, tan a menudo,
que ahora tengo miedo, amor, y dudo
de aquello que está al borde del silencio.
JULIA PRILUTZKY
1 comentario:
Amiga Maat, siempre nos regalas poemas que me conmueven, este habla del amor y del temor a perderlo casi, nada más nombrarlo en exceso.
¿Vamos o volvemos? me lo pregunto, diría que vamos adelante con el día a día aunque todo suene a dicho.
Nos dejaste pronto en Malvarrosa, pero tu presencia, amiga quedó en mi corazón, y tu sonrisa. Una gozada de encuentro.
Besitos muchos.
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