29 de octubre de 2011

Halloblogween 2011

Atendiendo a la simpática convocatoria de Teresa Cameselle, esta es mi aportación. Espero que pasemos un rato divertido, leyéndonos. Con esa intención se escribe...

No conseguía despertar por más esfuerzos que hiciera. Se notaba una fuerte presión en los pulmones y las manos invadidas por cientos de inquietas hormigas. Algo suave y húmedo le ocupaba el rostro obligándole a respirar con dificultad. Intentó levantar la cabeza pero su cogote tropezó con algo duro y, al hacerlo, reconoció el sonido de la madera. Imposible girarse. Sus brazos estaban cercados y apenas podía separarlos del resto del cuerpo. La oscuridad era absoluta. Un espantoso e insoportable horror se adueñó de él cuando tuvo la espeluznante certeza de que la reducida morada que le acogía era un ataúd: lo habían enterrado vivo y, para más crueldad, boca abajo.

Quiso hacer fuerza con las rodillas para presionar la tapa de la caja con su espalda pero sus piernas no le obedecían pues habían adquirido una rigidez pétrea. Con un acto reflejo e intentado buscar una solución que le ayudara a salir de allí quiso arañar lo que más cerca estaba de sus manos pero, a sus dedos, le habían arrancado las uñas. Un rosario de inútiles gritos ahogados salieron de su garganta pretendiendo ser escuchado desde el exterior dejando sus mandíbulas doloridas y la lengua reseca. Le rodeaban la quietud y el silencio. Nadie iba a escucharlo y mucho menos ayudarle a salir de ese fatídico trance. El aroma a tierra húmeda le hizo calcular a cuántos centímetros bajo tierra se encontraba y el resultado acrecentó más su pánico.

Su corazón palpitaba desbocado y un sudor helado manaba de cada uno de sus poros. Apretó sus párpados buscando una razón que le explicara el porqué de su desesperado presente. La imagen de su dulce esposa se adueñó de su mente. Era la encargada de advertir a los médicos que él padecía catalepsia. Pero esta vez, no lo había hecho. De nuevo había sufrido un aparente cese total de sus funciones vitales y le habían dado por muerto, ante la impasibilidad de su costilla.Las lágrimas brotaron de sus ojos y, como en una película, recordó lo mal que se había portado con ella. Sin lugar a dudas, había descubierto sus infidelidades. ¿Desde cuando lo sabría? Ya no pudo aguantar más las ausencias, las faltas de atención, los gritos, la soledad, la incomprensión...el desamor. Y le había dado puerta.

Habían transcurrido varios meses. Esa noche era una noche especial: la de los difuntos. Temerosa, la luna estaba rezagada tras una inmensa nube negra y en el camposanto tan sólo brillaban los fuegos fatuos que escapaban de algunas tumbas.

Una figura fantasmal iba camino de la puerta del cementerio. Pero no buscaba venganza. Con el chandal que acudía cada domingo al estadio, raído por los gusanos de cadáveres, la bufanda deshilachada de su equipo alrededor de lo que fue su cuello y, enarbolando una descolorida pequeña enseña -que se enredaba en sus crecidísimas uñas- con los colores de su club de fútbol, avanzaba, levitando, hasta el bar más próximo. Esa noche se jugaba la final de la liga y, en el infierno, no tenían pay-per-view (canal de pago)

Ni La Parca pudo con él.


Maat


Si quieres perder el sueño, pasa por: http://teresacameselle.blogspot.com/




23 comentarios:

Trini Reina dijo...

Maat, te has confabulado con la fecha para aterrorizarnos:)

Oye, que es que nadie que no la sufra entiende lo que es la pasión por unos colores:):)

Abrazos

Leonor dijo...

Genio y figura.....Se mereció todo eso y más. Feliz fin de semana. Un beso.

Un par de neuronas... dijo...

AAaaaaajajajajajjajaja!

Mortal!!! Y nunca mejor dicho!!!

Ya estaba yo encogiéndome en la silla y ZAS! Buen final, qué risa!

Besito.

Anónimo dijo...

desde este lado de la muerte, te puedoa segurar que vimos el partido juntos...lo sé por que me contó su historia..ah, no nos pudimos emborrachar juntos por que el guiski no se paraba en "nuestros estómagos". ¡ es lo que tiene el hecho de ver un partido muertos, muertos por ver el partido...
medio beso de muerte.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

jajajajajaja...primero le tuve lástima, después, cuando supe de sus infidelidades pensé: algo hizo para semejante castigo...después, me quedé más tranquila al comprobar que, cuando tuvo la oportunidad, no optó por la venganza sino...por divertirse un poco! jajajajajajaa

Ni la muerte puede con el fanatismo!

Un abrazo! =)

Celia Álvarez Fresno dijo...

Impresionante, Maat. Impresionante.
Has escrito y descrito una de las sensaciones más terribles que pueden ocurrirnos. Me pongo en su lugar. Ni aún habiendo sido un petulante, se merecía nada igual.
Pero bueno... parece que se levantó de su tumba, con uñas crecidas, y me imagino, larga melena, camino del estadio.
Impresionante, repito.
Besos, amiga.

Lola Polo dijo...

Muy bueno Maat, ella se la jugó muy bien y él tuvo su merecido. Y el final, muy bueno, jajaja

Un abrazo

CARMEN ANDÚJAR dijo...

Muy buen final, que ha hecho que me ría un poco, porque al principio vaya miedo, sólo de pensar que te entierran vivo.
Un abrazo

Anónimo dijo...

De tu espeluznante historia, saco dos claras conclusiones: Quien siembra vientos recoge tempestades y que el fútbol es una pasión que resucita muertos. Una fantástica y terrorífica historia, aderezada con un toque de humor para rebajar tensiones. Un placer como siempre el leerte.
Un abrazo.

Matices dijo...

Qué buenooo, supongo que uno no debe fiarse nunca de nadie, más si no hace las cosas como se debe...

Besos!!

Maribel Romero dijo...

Creo que todos hemos pensado alguna vez en ello, es decir, en encontrarnos dentro de un ataud y estar vivos. No veas qué angustia ponerte en la piel de tu personaje.
Menos mal que al final mis músculos se destensaron, jajaja.

Un saludo.

Mamaceci dijo...

Ay crueldad! creo que la de ser enterrado vivo debe ser una de las peores pesadillas, de las que ha sacado mucho rédito el cine, por cierto!
Pobre, y hasta la parca estaba ocupada con el partido como para reparar en el! magnifico Maat!. Son escalofriantes las descripciones, las imagenes, el pavor, la desesperanza, todo está alli en tus palabras, y el toque de humor: imperdible!
Besito

San dijo...

Hay Maat, que eso si que me da miedo intentar salir y no poder uf! y anda que la forma de quitarlo de enmedio, menos mal que el hombre entendió y la dejo por fin en paz.
Fantástico sin dudas.
Un abrazo.

Alicia Uriarte dijo...

¡Qué bueno1 Menos mal que además de catalepsia y una relación complicada no tenía claustrofobia. Demasiadas cosas para superar y haber podido llegar al partido.

Saludos.

Maria Liberona dijo...

upsss!!!
que horror que terrible sensación de estar sepultado vivo aaayyss!!!

Cristina Pereyra dijo...

No he podido evitar la risa con lo del pay-per-view...

Besos

Sindel Avefénix dijo...

Que espantosa sensación estar enterrado vivo!!! Que castigo tan cruel, no hay peor arma que una mujer despechada!!!
El final chapeu!!!
Besitos

Luis dijo...

Varias cosas para decir. Si eres el Maat que me imagino, eres coherente a tu estilo, realmente admirable, además de gustarme. También, contarte que en mi país existe la leyenda de un relator de fútbol muy popular que padecía lo mismo. La escena que cuentan cuando verificaron lo que el médico relató, que durante la supuesta muerte se encontraba ausente,fue dantesca.En fin, mis respetuosos saludos y nos estamos leyendo.

Luis dijo...

Excelente Maat, un saludo desde Uruguay

Juan Carlos Celorio dijo...

Después de leer a Pepe creo que no puedo mejorar el comentario, muy bueno.
La catalepsia siempre ha sido algo que me ha horrorizado, creo que la mujer se venga desproporcionadamente, que bestia.
Es terrorifico, y como lo salvas con ese final rompedor, me encanta.
Un abrazo, amiga.

Teresa Cameselle dijo...

Esa sí que es una sorpresa final. Me encantaba ya la idea de la catalepsia y la venganza de la mujer despechada, pero ese final, por Dios, jajaja, ha sido glorioso.
Gracias por participar ¡

Liwk dijo...

Qué buen relato, Maat. Al principio no he sabido si compadecer al hombre o pensarlo merecedor del castigo. Me ha gustado cómo se ha ido desenvolviendo el relato hasta llegar al final inesperado. Muy creativo.
Un abrazo.

Natàlia Tàrraco dijo...

Lo que puede el futbol no lo pueden ni las Parcas.

Disculpa la tarzanda, cosillas que me mantienen apartada.
Ayyy, Maat y vengo a leerte para quedar absolutamente aterrorizada, ayyy lo he visto en films, lo he leído en novelas, pero, uyyyy, tú lo superas, me quedé sin uñas rascando una madera imaginaria.
Besitos y hasta pronto, espero.