3 de noviembre de 2007

Escapada a Andalucía, dia 3º Jerez-Cádiz

Después de un merecido descanso y un completísimo desayuno, nos dispusimos para disfrutar del tercer día por tierras andaluzas. Nuestro destino: Jerez y Cádiz.



Llegamos a Jerez por la zona del Alcázar, el autobús nos dejó en la Alameda Vieja, y mientras la mayoría de nuestros compañeros de viaje optaban por visitar una bodega muy típica de Jerez, nosotros nos inclinamos por conocer la ciudad, que a esa hora aún dormía, ya que no encontramos a casi nadie por esa zona...
La Alameda Vieja es un espacio verde precioso, con jardines a distintos niveles, construida en el siglo XVIII sobre lo que fue el foso que rodeaba al Alcázar. A esa hora de la mañana era un verdadero placer transitarla donde tan solo se escuchaban los pájaros que alborotaban entre las copas de los árboles...

En esta bella y tranquila zona de Jerez se encuentra su Alcázar. Fue construido por los almohades en el siglo XII. En ese siglo, Jerez es una de las ciudades más importantes de la baja Andalucía, como lo demuestra la monumentalidad de su Alcázar y la extensión de su muralla con un perímetro de 4 kilómetros y que cobijaba a una ciudad que llegó a tener 16.000 habitantes.



Actualmente solo se conserva de su tiempo de palacio real almohade: el patio de armas, la pequeña mezquita y los baños árabes.
El patio de armas, que en su periodo cristiano, era el lugar donde se instruye y ejercita la guarnición, donde se realizan revistas a la tropa y donde se celebr aban los actos importantes .
La mezquita, es la única que se conserva de las 18 que existieron en el Jerez musulmán, y presenta los elementos característicos de estos edificios religiosos, como son el alminar , torre desde donde se llamaba a los fieles para la oración, el patio de las abluciones , con una pila en el centro que se debía utilizar antes de entrar a la sala de oración, mediante el ritual de purificación a través del agua. En dicha sala de oración se encontraba, presidiéndola, un mihrab, pequeña abertura en un muro y que señalaba a los fieles la dirección sagrada de l a Meca.
Los baños árabes, de uso privado, similares a las term
as romanas se dividían en tres espacios:
-La sala fría, de paso a las demás, por la que se transitaba
antes de entrar a la zona húmeda.
-La sala templada, es la más amplia, y el lugar don
de se recibían los masajes y se enjabonaban los cuerpos. Cabe destacar la belleza de sus bóvedas y los lucernarios abiertos en ellas, por donde se daba paso a la luz cenital.
-La sala caliente, donde se tomaban baños de vapor, con unas temperatura muy elevada, gracias al sistema de calefacción oculto bajo el suelo.

En el año 1664, una de las familias de la nobleza, más poderosas de la ciudad, los Villavicencio, se hizo cargo del Alcázar, comenzando una serie de reformas y construcciones como la del Palacio de estilo barroco que se le da el nombre de dicha familia, y que se construye sobre los cimientos del anterior palacio almohade. La iniciativa partió de Lorenzo Antonio Fernández de Villavicencio. En el marco de las reformas que se acometieron, está el molino del aceite. Por entonces, el cultivo del olivo gozaba de mucha importancia, lo que propicio que se creara una almazara para la molienda y prensado del aceite. En la torre del palacio, se encuentra la cámara oscura, desde donde se puede observar la ciudad a vista de pájaro, en tiempo real, oferta muy solicitada turisticamente.

Del recinto fortaleza merecen especial mención la torre Oct
ogonal, la torre Almohade, y la torre de Ponce de León. De ellas, la Octogonal, es original de la fortaleza islámica, situada en el punto más alto y capaz de vigilar y controlar el entorno, de ahí su p otencial defensivo y las vistas panorámicas que ofrece desde sus colmenas.

El Alcázar de Jerez fue declarado Monumento Histórico-Artístico por Decreto de 3 de Junio de 1931. Actualmente es propiedad de Ayuntamiento de Jerez, que lo destina a uso turístico.

Seguimos callejeando y llegamos a la Catedral. Lamentablemente no pudimos visitarla por encontrarse cerrada a esa hora.

La única señal de vida la daban éstas palomas que desde los huecos de los muros, se asomaban a vernos pasar, impasibles.


Aunque no nos fue posible visitar la Catedral, he recopilado un poco de información sobre ella.
Su construcción comenzó en el año 1695 y tardó más de 80 años en terminarse, lo que motivó que diversos estilos se plasmaran en la edificación. Tomaron parte en ella los arquitectos Diego Moreno Meléndez (1695), y desde 1755 Torcuato Cayón de la Vega. El edificio presenta una planta rectangular , con cinco naves, de altura desigual. La fachada principal consta de triple puerta y está adornada con imagineria y motivos barrocos y las dos puertas laterales llamadas de la Visitación y de la Encarnación. En 1772, Miguel de Olivares realizó la cúpula sobre un tambor octogonal y es autor también de la magnifica portada de ingreso a la sacristía.

Los gastos de la construcción fueron sufragados por la corona, por donaciones particulares destacándose la realizada por el Cardenal Arias en 1716 y también Luis I, quien concedió arbitrios sobre el vino de Jerez, Sanlúcar, y el Puerto de Santa María, de dónde nace la tradición de celebrar en la fachada principal de la catedral la pisa de la uva y bendición del nuevo mosto al comienzo de la vendimia.

Destacable es sin duda la sillería del coro, el Cristo de la Viga, una talla de nogal del siglo XV, y un lienzo de la Virgen Niña de Zurbarán.

Combina elementos del barroco dieciochesco con otros neoclásicos, bajo estructura propia del gótico. A pesar de ello, consigue armonía en su conjunto.

La Catedral de Jerez, que en principio se edificó como iglesia colegial, abrió sus puertas a los feligreses en el año 1778.

Continuando con la visita a Jerez llegamos al centro de la ciudad. Esta zona estaba mucho más animada. Nos dirigimos hacia la oficina de Información y Turismo para recabar información sobre la ciudad. Nos encontramos con la Iglesia de Santo Domingo. Su fachada, para mi modesta opinión, no tiene que ver nada con lo que te encuentras en su interior... Formada por dos grandes naves en forma de T y en cuyo centro está situado el altar de nuestra Señora de la Consolación, imagen preciosa de mármol italiano blanco, y con un rostro de apacible belleza. El retablo mayor, de estilo barroco, de madera sobredorada, se cree que pertenece al siglo XVII. A destacar su claustro, de estilo gótico donde se realizan interesantes exposiciones.
















Para continuar con la visita a la ciudad, "las chica
s", decidimos dar un paseo por el casco antiguo en coche de caballos... y "los chicos", completamente entregados a las sorpresas del viaje, no pusieron pega alguna...







Recorrimos parte del casco antiguo de Jerez, disfrutando de su especial arquitectura y urbanismo, donde iglesias, palacios, fuentes y naranjos conforman un conjunto único y armónico.

En la Plaza Mamelón se encuentra este bonito monumento al rocío.


En la calle Larga pudimos admirar bellos edificios del siglo XVIII.






En la fachada de este edificio podemos ver que se encuentra adornada con azulejos sevillanos.



Algunas familias de cigüeñas habían "tomado" los campanarios de algunas Iglesias de Jerez. Concretamente este, pertenece a la torre de la Atalaya, edificio civil adosado a la Iglesia de San Dionisio, patrón de Jerez, y que constituye la construcción más antigua de la ciudad, una obra mudéjar del siglo XIV. El templo posee muy interesantes capillas laterales, como la del Cristo de las Aguas y la del Bautismo.


Situada en ángulo, entre las calles Larga con la calle Tornería, se encuentra esta bonita casa de la Condesa Garvey. Es de uso residencial y se construyó a mediados del siglo XIX, su arquitecto fue Luis Gutiérrez Soto. Se destaca su chaflán en ángulo y la decoración de la parte alta de la casa.



De nuestro paseo en coche de caballos por parte del casco antiguo de Jerez, hay algo que me sorprendió gratamente, y fue la inmensa paciencia y tolerancia de los jerezanos, que al volante de sus vehículos "coincidieron" con nuestro paseo. Pacientemente, circulaban detrás de nosotros hasta que algún ensanche de la vía pública les daba opción a adelantarnos, cosa que facilitaba al máximo "nuestro conductor ocasional". Es uno de tantos encantos con los que nos encontramos en esta ciudad, la hospitalidad de sus gentes.

Nos acercamos hasta la avenida del Duque de Abrantes, en el llamado Recreo de las Cadenas, lugar donde se encuentra la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuest
re. Tampoco la pudimos visitar. El espectáculo "Cómo bailan los caballos andaluces" solamente se celebra los jueves...


Una de las cosas más características de Jerez y por lo que se le reconoce a nivel mundial, es precisamente la cría y doma de los caballos cartujanos. Su nombre viene porque aunque en tiempos de Alfonso X ya eran famosos, fueron los cartujos a partir del siglo XV, los que mediante cruces en la raza, consiguieron la actual, que terminó de completarse gracias a un nuevo cruce realizado por los hermanos Zapata en el año 1818.

Nuestro recorrido por la ciudad de Jerez, concluyó en la plaza del Arena
l. Buscamos inútilmente un bar donde poder hacernos un aperitivo a base de "pescaito frito" pero no era hora... Nos conformamos con un picoteo a base de calamares y aceitunas de la tierra y poco más... Nos despedimos de Jerez dando un paseo por dicha plaza, en cuyo centro se erige una estatua en bronce, cuyo autor fue mariano Benlliure y que representa a D. Manuel Primo de Rivera y Orbaneja, quizá el jerezano más famoso de este siglo.




Dimos por finalizada nuestra visita a Jerez hacia el mediodía. Pero solo fue un pequeño aperitivo. Jerez necesita bastantes más horas para poder conocerla y disfrutarla. Esto solo fue un esbozo de próximas visitas.

Nos dirigimos hacia la zona de la bodega donde nuestros compañeros de viaje pasaron su mañana. Y les pusimos los dientes largos... Se habían perdido una ciudad preciosa. Aunque para gustos....colores, y ellos habían optado por el tema vinícola.

De nuevo en el autobús y camino de nuestro próximo destino.....Cádiz.

MAAT












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