Otra de las sorpresas agradables del paisaje fue Guadix. En la ladera de un monte, vimos algunas de las típicas cuevas convertidas en casa cueva, con una pared inmaculadamente encalada en su entrada, con una plazoleta o jardín, chimeneas de diversos tamaños y formas, en contraste con el color rojizo del terreno. Interesada en el tema, he leído que su origen parece remontarse al año 1492, cuando los Reyes Católicos toman Granada.Estas cuevas se construyeron a base de pico, sobre un terreno arcilloso, lo que hace que la temperatura en su interior sea todo el año de unos 19 grados. Siempre se ha considerado como vivienda humilde, pero en la actualidad, se pueden encontrar casas-cueva con todas las comodidades apetecibles en un hogar. Rodeadas de zonas que invitan al descanso y a disfrutar de la naturaleza.
Otra de las maravillas del paisaje fue la vista de extensiones enormes de olivos, plantados simétricamente, con sus hojas jugueteando con los rayos del sol, convirtiendo su original color verde en destellos plateados....
Después del reparto de habitaciones, una gratisima ducha y una esperada cena, llegó la hora del feliz y merecido descanso. El día siguiente prometía ser intenso.
MAAT.
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