9 de mayo de 2013

Este jueves, un relato: Pero que contenta estoy

Se que debía desterrarlo de mi vida, que es malote para la salud, pero mi voluntad es más menuda que una semilla de ajonjoli, y la resolución de obviarlo se torna desmesuradamente  lábil. Dejo que su tintinar en mi boca inunde todos los  sentidos con un torrente de sensaciones placenteras y se me hace imposible no sucumbir entre el oleaje de sabores que me trasladan a una insólita burbuja y me aislo del resto del mundo, proporcionándome los más chispeantes momentos de mi existencia. Es zalamero conmigo hasta lo indecible y, ante su influencia, me convierto en una tirillas a su antojo, que es el mio.

Cada mañana, me miro al espejo, y con las mismas manos que cada noche, a hurtadillas, lo rescatan del cajón escondido de la impasible nevera, me envio un cálido y disculpable beso, a la vez que me  sermoneo:

-Vos, señora, debéis renunciar, cada noche, a comer chocolate  a escondidas...
 
Lupe

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17 comentarios:

Montserrat Sala dijo...

Que bonito Lupe. Lo has bordado. Un ejemplo magnífico de lo que una, ni se atreve a soñar de como se puede jugar con las palabras por extrañas que sean.
Un abrazo

Neogeminis Mónica Frau dijo...

ahhhhhhhh...¿pero quién puede renunciar a eso?...no!...te diría que esa es mi debilidad, auqnue me esfuerzo!
jaja
Muy buena propuesta nos trajiste para este jueves!
=)

Charo dijo...

Buenísimo tu relato (y también el chocolate), yo pensando que el protagonista de tus cuitas era un adonis malote y resulta que era algo mejor todavía!!!ja,ja.Muy ingenioso.
un beso

Mar dijo...

Pues ya estaba pensando yo en otras cosas placenteras... y resulta que el prota es el chocolate... jajajaja, muy bueno el relato.

Bss.

Tracy dijo...

Jajajaja, pero...¡qué bueno está!

San dijo...

Lupe por más que uno se sermoné, se caé, irremediablemente se caé. Las palabras encajaron a la perfección en esta suculenta tentación.
Un abrazo acortando distancias.

CARMEN ANDÚJAR dijo...

¡Ay, el chocolate! es un pecado demasiado bueno para dejarlo escapar.
Todo fue bien ensamblado y quedó una chispeante historia.
Un abrazo

Gaby* dijo...

Una historia que venía llevándome a un fin diferente... jeje! el factor sorpresa, en este caso, guarda todo el sabor del pecado! Mmmmm! Y bue, a veces hay que rendirse!
Genial! Las palabras de la propuesta se han acomodado a sus anchas en tu escrito!
Besos!
Gaby*

GUSTAVO dijo...

llevo leídos unos cuantos jueves. y sabes, lupe, hasta ahora, nadie, pero nadie nadie, ha jugado a las sorpresas. ello es indicativo de que acabas de ganarte mi 10. ¿por qué? por esa idea tan bien plasmada¡¡' idea más que original.
medio beso.

Juan Carlos Celorio dijo...

Te ha quedado redondo, cual bolita de Ferrero-Rocher.
Un cariñoso abrazo.

Fabián Madrid dijo...

Muy bueno y original. Me ha gustado lo del beso en el espejo. Otro para ti.

Encarni dijo...

Lupe chiquilla, quién puede renunciar a esos placeres, mujer? Para nada, que el corazón deja de estar contento y entonces el relato no nos viene bien.

Un abrazo

ibso dijo...

Me gusta los relatos "con sorpresa" y, si además son así de dulces, mucho mejor.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Has descrito perfectamente las sensaciones que despierta la adicción al chocolate. Te ha quedado de lujo.
Un abrazo.

casss dijo...

Ese niño goloso que llevamos dentro y puja por manifestarse sobre todo en nuestras caderas...!!!

Sorprendes con el final, pero claro que el chocolate, puede más.

un fuerte abrazo

Juan Carlos dijo...

Un relato muy bonito. De límpida expresión, ternura en cada renglón y verdad recurrente. El chocolate es talón de Aquiles de mucha gente y hacedor de pequeños remordimientos. Y eso me recuerda que… a partir de mañana, ya no comeré más chocolate, aunque esta sea la séptima vez que lo prometo (en esta semana).
¡Saludos!

rosa_desastre dijo...

Amores que matan jajajaajja, ese mismo mal lo padecemos muchos. Que ocurrente eres.
Un besazo.

Hoy estoy feliz, me merezco un trozo grandote de chocolate, mi hija ha tenido un niño precioso, nacio por cesarea, pero estan muy bien los dos.