Una de mis aficiones mañaneras es consultar los santos del día. El tesoro de nombres que guarda la Iglesia Católica en su santoral es muy extenso. Mucho. Me divierte descubrir nombres-para mí curiosos- de épocas tan remotas en el tiempo. Épocas que tan dificil se hacia ser católico y aún más reconocerlo publicamente. Muchos de esos santos, han pasado a serlo después de sufrir persecución y muerte, convirtiéndolos en mártires, además de santos.
El que he descubierto esta mañana me ha impresionado gratamente. Nada menos que hoy se celebra la festividad de San Autónomo. Ni que decir tiene que me he zambullido en busca de su biografia, pero poca cosa he encontrado. Ahora se que nació en Italia y que allí recibió el episcopado. Pero que el Emperador romano Diocleciano, conocido por Cayo Aurelio Valerio Diocleciano Augusto, le complicó la vida, ordenando su persecución y muerte. Autónomo, sabiéndose perseguido, se refugió en Bitinia (hoy Turquia) y un mal día-o bueno, vaya usted a saber- en plena mesa de trabajo, (con el mayor de mis respetos al lugar) o sea, en plena celebración de una Misa oficiada por él, es asesinado. Era un 12 de Septiembre
de un año por determinar...
Mira por donde, nuestros
sufridos autónomos, tienen un santo patrón a quien dirigir sus plegarias.
En pleno siglo XXI
siguen habiendo emperadores que "persiguen" a muchos autónomos,
ignorándoles-a excepción de la hora de recaudar sus impuestos- ninguneo
que se ha convertido en un insufrible martirio. Comparto ¿vida? con un
autónomo. Hace algo más de 25 años que, desde las filas del paro, se lanzó a una
aventura empresarial con tres compañeros de trabajo. Si hubiera cobrado
por horas, tendríamos nuestros ahorros en paraísos fiscales. Pero nos hemos ido
conformando con un sueldo que nos ha permitido comer todos los días, darle una
carrera a nuestro hijo, disfrutar de un viaje organizado en vacaciones y...poco
más.
Pero no me quejo. Y hoy, con la que está cayendo, menos. A lo
largo de todos estos años, muchas son las empresas para las que ha trabajado
"mi autónomo" que han ido cerrando sus puertas. Algunos de esos
empresarios se han convertido en verdaderos amigos suyos y ha sufrido con ellos
la derrota de tener que bajar la persiana para siempre.
Conforme pasan los días,
mi esposo y sus socios trabajan cada vez más horas, duermen menos y,
afortunadamente, aún les mueve la ilusión con la que empezaron su hazaña.
Ilusión que está bastante mermada, gracias a los emperadores mediocres de la
poltrona que saben muy bien a que autónomos conceder sus favores.
Y en esa estamos.
Espero que San Autónomo
entienda el símil que su nombre me ha inspirado. Y desde luego, no me atrevo a
solicitarle ninguna clase de favor ni intercesión. Esto no lo arregla ni el
mismísimo cielo.
Lupe
4 comentarios:
Comprendo lo que dices, veo autónomos, les llevo viendo desde hace años. Algunos han desaparecido, otros penan con sus pesares y deudas, aunque su balance sea positivo pero ... las deudas a favor son incobrables y las que tienen contra ellos son ejecutivas.
Una oración a San Autónomo para que ayude a ese sector tan débil y fundamental de la economía.
Un abrazo Lupe.
Graciosa entrada Maat! Un besote!
Mar
Dos velitas a San Autónomo para que al menos, nos deje llenar la hucha de lata ajajaja.
Un besazo, amiga
Muy bueno. Y es que el Santoral puede ser una fuente de información,
Un abrazo, amiguina
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