16 de octubre de 2009

Un ángel con bata blanca

Hace unos días os contaba que a un familiar nuestro se le había cruzado en el camino la enfermedad de Alzheimer. La neuróloga que visitó a Carmen nos pidió varias pruebas para descartar otras posibles patologías y darnos un diagnóstico en firme y el consiguiente tratamiento.
Una vez realizadas todas las pruebas, me dirigí al centro de especialidades que nos corresponde para solicitar una nueva visita con la doctora. La sorpresa que me esperaba era mayúscula. En todo lo que restaba del 2009 no habían horas disponibles. Tenía que volver a principios de año y entonces me podrían facilitar la cita . El protocolo era dejar la solicitud y, esperar pacientemente a que a principios del 2010 tuvieran a bien llamarme y adjudicarme fecha y hora. No me aseguraban que mes podría ser...

Tenía muy claro que no iba a esperar todo ese tiempo. Esa misma semana, Carmen se había escapado de casa una tarde, con un fardo de su ropa en el brazo y dejando a su esposo encerrado con llave para que no pudiera salir a buscarla. Cuando quiso volver a casa, no supo. Afortunadamente, el angustiado esposo nos avisó por teléfono y pudimos encontrarla antes de que le ocurriera nada. Es sólo un ejemplo de por qué era imposible dejar sin tratamiento a una persona en estas condiciones tres largos meses...

Acudí al departamento de "Atención al paciente" esperando que fueran capaces de solucionarme el problema. Con una serie de cuentos "españoles" -no chinos- intentaron convencerme que les era imposible facilitarme una cita antes del 2010. No me convencieron. Pero yo tampoco conseguí la cita. Tras las pertinentes discusiones y después de pedirles una hoja de reclamaciones, abandoné el lugar completamente rota.

Antes de comenzar a conducir, sentada en mi coche intenté serenarme. Repasé mentalmente todos los cuentos-excusas que me habían planteado. El más increíble de todos ellos era que a ese centro de especialidades le habían "recortado" las horas de dicha especialista; de cuatro días a la semana, ahora sólo pasaba consulta un día; el resto, lo hacia en otro centro recién inaugurado.

Encaminé las ruedas de mi vehículo hasta ese centro. Averigüe el horario de la doctora y tuve la suerte de que al día siguiente pasaba consulta. En la tranquilidad de mi despacho redacté una carta explicándole nuestro problema y la evolución negativa de Carmen. A la mañana siguiente volví a ese lugar esperando poder entregar la carta a su destinataria.

Cuando llegué a la consulta no había ningún paciente. Me extrañó. Esperé unos minutos y al ver que no había movimiento me decidí a llamar a la puerta sospechando que quizá me habían informado mal de su horario. Y sí que estaba . Estudiaba en su ordenador datos de los pacientes que tenía que visitar en breve. Le agradecí que me invitara a pasar y le dije que sólo quería entregarle una carta y que al final de la misma estaba mi teléfono.

Me pidió que esperara mientras atendía a mis letras. Cuando terminó de hacerlo, me dijo: voy a darle fecha ahora mismo. Me emocioné.Y por si me cabía un poco más de alegría en el cuerpo, buscó en su ordenador los resultados de una de las pruebas efectuadas a Carmen y me notificó que en el Tac, todo estaba bien. Quedaban descartadas otras posibles causas del deterioro. Me dio cita para esa misma semana y me regaló un libro-guía sobre la enfermedad, escrito especialmente para familiares y cuidadores de estos pacientes.

Carmen ya está diagnosticada, tiene un tratamiento adecuado y ya disponemos de fecha para otra visita el mes próximo. Va a llevar un seguimiento exhaustivo de su dolencia.

Mientras los responsables -y opositores a serlo- de velar por nuestros derechos como ciudadanos se insultan, se investigan, luchan denodadamente entre ellos por el poder -que una vez conseguido los vuelve unos perfectos ineptos- he tenido la suerte de encontrarme con un ángel . Un ángel con bata blanca. ¡Dios le bendiga!

Maat


15 comentarios:

Ardilla Roja dijo...

Hola Maat.

Yo creo que el ángel, lo tiene Carmen en ti. Si no es por tu rapidez de reflejos de ir al otro centro y la astucia que tuviste de escribirle esa carta a la doctora, igual la visita se hubiese retrasado.

Un abrazo

Trini Reina dijo...

Ángeles así son los que nos permiten seguir creyendo en el sistema. La verdad es que tuviste suerte, Maat. En mi vida de enferma me he encontrado con varios ángeles y fijate qué curioso, el primero (señorita) se llamaba Milagros...

Besos y suerte con Carmen y para Carmen

milagros dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con Ardilla. Eso no quita que afortunadamente no has topado con un "hueso duro", que los hay. El problema son las normas del protocolo, la falta de médicos, la incompetencia laboral de muchos y la falta de implicación humana en tantos casos.
Me alegro que tu familiar esté con el tratamiento adecuado y espero que mejore la situación.
Un abrazo

Ana dijo...

Maat...Ella es un ángel, y tú también, porque sin tu constancia le jabrían dado la cita para 2010...

Muchos besitos y disfruta del finde.

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Es que el mayor problema de la ineficiencia en cuanto a servicios públicos u obras sociales es el vicio en el que se cae atando la razón a la inmediatez de lo que se tienen frente a las narices ignorando al sentido común. Cómo a nadie se le ocurre derivar pacientes a esa misma doctora que atiene en otro centro hospitalario! Lo que hiciste por tu cuenta deberían facilitarlo desde los mismos servicios!
Por favor! no debería ser necesaria la intervención de los ángeles en estas cosas!!!


un beso y mucha suerte!

mar... dijo...

Creo que tenemos muy buenos profesionales y muchas veces lo que falla es la burocrácia.
Yo también opino que el milagro lo has efectuado tú al moverte y dar todos los pasos necesarios para obtener una cita para tu familiar.
Felicidades por tu reacción
Un beso de Mar

tag dijo...

Pues yo no creo que esa doctora sea un angel de bata blanca.

Creo que es simplemente una doctora como debe ser, que atiende, escucha,y lee lo que tienen que decirle sus pacientes y actua en consecuencia.

Estamos tan acostumbrados a que no nos atiendan como merecemos, que cuando alguien hace bien su trabajo, lo elevamos a los cielos, y lo ascendemos a la categoria de angeles o santos.

Sin embargo, me parece que tu si que te estas ganando un lugar alla arriba, por tu dedicación e interes con Carmen y su esposo, porque te estas portando con ellos como si fueran tus padres, como un verdadero angel de la guarda.

Asi que las alitas para ti, no para la doctora.

Un beso

tag dijo...

Enhorabuena por esos premios que te ha concedido Adolfo.

Pero, Maat, te has dejado uno por recoger, chiquilla, eran tres.

Anónimo dijo...

Querida Maat, lei atentamente tu entrada porque uno nunca sabe a que atenerse con las personas mayores, comprendo lo que habeis pasado para conseguir atención para tu familiar. Nos pasó a mi hermano y a mi para conseguir una prótesis para operarla de la cadera.La conseguimos, porque la compramos en forma particular, porque de otra manera todavía estaría internada sin resultado.
El ángel de la guarda te salvó pero hay mucho de tu mano para que así haya sido. Te mando un abrazo.

MAJECARMU dijo...

Mi felicitación por tu paciencia y esa suerte merecida,Maat..

Mi abrazo siempre,amiga.
M.Jesús

Lupe dijo...

Gracias por visitar mi blog y por vuestras cariñosas palabras. Es muy agradable contar con ellas.

Tag, entre las obligaciones de la doctora no está precisamente llevar su agenda. Su tiempo debe ocuparlo en tratar de aliviar enfermedades y cuidar a los pacientes convenientemente. Cuando le interrumpí en su despacho, era eso lo que estaba haciendo. Ver pruebas de sus enfermos en el ordenador. Para atenderme, suspendió dicho trabajo, y "consintió" en arreglar algo que está mal hecho desde dónde se hacen tantas cosas mal: "los despachos". Asquerosa burocracia de este país. Podía no haberme ni dejado entrar en su consulta. Por eso la consideré un ángel.

El tercer premio que ha tenido a bien regalar Alfredo a mi blog no pude subirlo porque este, no reconoce la URL. Ya se lo he comentado a él también. Gracias por el aviso.

Un montón de abrazos para todas.

Maat

Celia Álvarez Fresno dijo...

Querida Maat.
Ya sabes que en eso del Alzheimer tengo experiencia para parar un tren.
Si puedo ayudarte en algo, aquí estoy. La enfermedad tiene momentos agradables. Sí... he dicho bien. No todo es tan oscuro. Ánimo.
Besos.

Lupe dijo...

Hola Celia.

Quizá en algún momento me venga bien tu experiencia. Gracias. Estaremos en contacto.

Un abrazo.

Maat

Lujo dijo...

Hola Maat,
Conozco muy de cerca esta enfermedad y lo que has escrito me ha llegado al alma.
Seguro que tu carta la conmovió, como emocionas a los que te leemos.
Es una lástima que habiendo tan buenos profesionales con ganas de trabajar haya una burocracia que falla.
Ya es hora de que las cosas empiecen a cambiar...
Mi niña, estoy contigo.
Abrazotes gigantescos!

Alosia dijo...

Si es verdad que en la vida cuando no nos conformamos con un "no" o diez "no" y nos encontramos con alguien que es normal, escucha, se pone en lugar y encima es eficaz, pues ya te sientes conmovida y agradecida eternamente. Por suerte ha muchas personas asi, en la panaderia, el autobus, el hospital, la ventanilla de la seguridad social, incluso aveces en los juzgados.
Si, es una vendicion, una suerte y una buena recompensa que esta vez tu hayas provocado ese "milagro"de lacita.
Estas pequeñas cosas que se logran con empeño , esfuerzo y cariño son las que dan sentido a esta vida.

Saludos. Alosia