9 de marzo de 2009

Aniversario

Hace un par de días llegó mi hijo a casa a la hora de comer. Entró en la cocina y rodeándome con un entrañable abrazo susurró:

-mmmmmm ¡que bien huele lo que estás cocinando! (esto ya me hubiera bastado) y prosiguió:
- que calor de hogar tan agradable se percibe al entrar en esta casa...

Ni ofreciéndome la orquídea más preciosa que pudiera existir, habría conseguido mejor efecto que el que me produjeron sus palabras (incluido el abrazo)

Es curioso que, en ocasiones, estimamos más a las cosas y a los hechos cuando dejamos de disfrutarlos con la asiduidad a la que estamos acostumbrados. Mi hijo, ha llegado a casa miles de veces, pero ahora valora más el aroma de mis guisos y el ambiente que se respira en la casa. Y a mí, sus muestras de cariño me derriten mucho más que cuando era soltero y lo tenía a mano para achucharlo con la frecuencia que deseaba.

Ahora, a él le corresponde representar el papel que la vida le ha asignado y que durante tantos años llevamos ensayando. Y a mí, desde el patio de butacas, reír con sus alegrías, entristecerme con sus penas, apoyarle cuando se le atasque el guión y elogiarle en sus logros.

Hoy hace dos años que se casó. Y hoy hace dos años, que dejé encendida esa crucecita verde que hay en las farmacias de guardia indicándonos que "están" allí para lo que necesitemos. Porque en eso nos convertimos los padres, en farmacias de guardia 24 horas al día. Para cuando nos necesiten. Por lo menos es lo que yo siento.

Fran, sé que todos los días entras en mi blog. Aunque esta mañana ya te he felicitado, quiero enviarte un abrazote desde aquí y decirte que mañana prepararé un menú especial para cuatro comensales...

Os quiero un montón.

Maat




12 comentarios:

Lujo dijo...

Hola Maat,

No sé qué haríamos sin las madres....Tu hijo tiene un tesoro. Esto que explicas, es lo que muchas veces me ha tratado de explicar mi madre y yo no he querido ;) entender.

Seguro que el menú de mañana será delicioso y un día bonito, bonito.

Un abrazo gordote Maat

hatoros dijo...

Llevas toda la razón del mundo.
Gracias por escribir.

hatoros dijo...

Asi es la vida. Y ENHORABUENA.

Annick dijo...

Eso de ser farmacia de guardia las 24 horas del dia me ha gustado mucho y describe muy bien como me siento . Un abrazo.

Luz dijo...

Hola Maat, me gusta el modo sereno que tienes de reflexionar. Soy nueva en el Desván y te he dejado algo en mi blog

iñaki zaratiegui dijo...

Pues si Maat, asi suele ser, vamos apreciando las cosas, cuando nos es mas dificil conseguirlas. Pero es una alegria doble, cuando nos damos cuenta mutua, de que las apreciamos.
Un fuerte abrazo.

Marina dijo...

Enternecedor, precioso, me ha encantado.Un saludo.

Ardilla Roja dijo...

Qe bonito., Maat. Es que la percepción de las cosas cambia mucho cuando te vas de casa. Se valora mucho mas el guiso, e incluso el olor de la casa, que sólo te das cuenta del que es, cuando ya no vives en ella.

Me parece precioso el simil de la farmacia de guardia. Nunca lo había pensado, pero es así. Cualquier problemita que surge, a quien primero se recurre es a mamá.

Y no te preocupes Maat. Como siempre dice mi madre, no se puede estar en misa y repicando. Lo digo, por no haber llegado ayer a mi cumple. No pasa nada!

Un beso y felicidades a Marc

M.A dijo...

pasate por mi blog ;)
Luego te leo que voy contra-reloj.

Paco dijo...

Hola Maat,

En mi "Estudio", te espera una sorpresilla, para cuando estrenes nuevo blog...
Un abrazo

El desván de la memoria dijo...

Maravilloso, Maat.
Por los comentarios, creo que te esperan algunas sopresas en algunos blogs. Te las mereces, tu blog también se siente como un hogar acogedor.
Un abrazo,
Ramón

Felisa Moreno dijo...

Maat, me ha emocionado esta entrada. Mis hijos aún son muy pequeños, pero sé que siempre estaré para ellos y espero que sean como el tuyo, que sepan apreciarlo.

Un beso, guapa