Mª Jesús es una de mis amigas de la infancia. Hicimos juntas EGB y el Bachiller. Forma parte del grupo de las que todavía nos reunimos cada año por Navidad para comer y ponernos al día de nuestras vidas...Como nos sabe a poco, el pasado Diciembre quedamos en que nos íbamos a ver más a menudo y fijamos fecha para Enero. Y, efectivamente, nos reunimos. Y ya tenemos fecha para Febrero...
Os podéis imaginar esas reuniones lo que traen. Recuerdos, risas, anécdotas, nostalgias...
De María Jesús guardo una imagen especial que, con el paso del tiempo, muchas veces, nos ha hecho reír al recordarlo. En concreto, no sé bien la edad que tendríamos (nos llevamos sólo un día pues ella nació el 25 y yo el 24 de Febrero) pero no pasaría de nuestros 12 ó 13 años. Mi amiga tuvo una etapa en la que, de vez en cuando, nos daba un susto en el colegio. Se sentía indispuesta y había que acompañarla a su casa. Y, a día de hoy, todavía no comprendo porque tenía que ser siempre yo, a quien nuestras reverendas encomendaran esa misión. Permanece completamente nítido en mi memoria el mal rato que vivía durante el corto trecho que nos separaba de su casa. Para mí era una responsabilidad demasiado grande el que llegara a su domicilio sana y salva. Afortunadamente las madres entonces siempre estaban en casa, y la suya, bajaba a recogerla con toda rapidez en cuanto se percataba de nuestra presencia.Y para mí era un alivio cuando las veía subir juntas aquella escalera de la Plaza del Doctor Landete. Ahí terminaba la encomienda. El camino de regreso al colegio lo hacia, casi casi... volando.
De todo este grupo de amigas -somos diez- Mª Jesús es, sin duda, la más positiva. Siempre encuentra el lado bueno de las cosas. Siempre sonríe. Y contagia. Se la ve feliz. Y ahora tiene un motivo más para estarlo. Acaba de salir victoriosa de una personal lucha con esa enfermedad que, afortunadamente, cada vez pierde más batallas. Ya le han dado de alta y se ha incorporado a su trabajo. Hace tan sólo unos días ha vuelto a clase con sus 24 queridos discípulos. Y todos los que la queremos nos alegramos con ella. Y mucho.
Cada vez que nos reunimos, me gusta tomar una imagen del grupo. Tenemos ya...un montón. Después de ver la última que nos hicimos, entre varías de nosotras, llegamos al acuerdo de no hacernos más fotos en reuniones futuras. Ya no nos gusta "como salimos". Pero, pensándolo bien, es una tontería el no hacerlo. Creo que hay que seguir coleccionando esas fotografías. Aunque cada vez hayan más canas, mas arrugas, más kilos, pero... estamos ahí, con infinitas ganas de vivir. Y de cuidar y acrecentar -si cabe- el cariño que nos tenemos. Por muchos años.
Hoy le mando por mail la dirección de mi blog. Es la única de las otras nueve, que navega por Internet, por razones de trabajo y de ocio. Quiere visitarme.
María Jesús, bienvenida a mi blog. Es tuyo.
Un besote.
Maat
Os podéis imaginar esas reuniones lo que traen. Recuerdos, risas, anécdotas, nostalgias...
De María Jesús guardo una imagen especial que, con el paso del tiempo, muchas veces, nos ha hecho reír al recordarlo. En concreto, no sé bien la edad que tendríamos (nos llevamos sólo un día pues ella nació el 25 y yo el 24 de Febrero) pero no pasaría de nuestros 12 ó 13 años. Mi amiga tuvo una etapa en la que, de vez en cuando, nos daba un susto en el colegio. Se sentía indispuesta y había que acompañarla a su casa. Y, a día de hoy, todavía no comprendo porque tenía que ser siempre yo, a quien nuestras reverendas encomendaran esa misión. Permanece completamente nítido en mi memoria el mal rato que vivía durante el corto trecho que nos separaba de su casa. Para mí era una responsabilidad demasiado grande el que llegara a su domicilio sana y salva. Afortunadamente las madres entonces siempre estaban en casa, y la suya, bajaba a recogerla con toda rapidez en cuanto se percataba de nuestra presencia.Y para mí era un alivio cuando las veía subir juntas aquella escalera de la Plaza del Doctor Landete. Ahí terminaba la encomienda. El camino de regreso al colegio lo hacia, casi casi... volando.
De todo este grupo de amigas -somos diez- Mª Jesús es, sin duda, la más positiva. Siempre encuentra el lado bueno de las cosas. Siempre sonríe. Y contagia. Se la ve feliz. Y ahora tiene un motivo más para estarlo. Acaba de salir victoriosa de una personal lucha con esa enfermedad que, afortunadamente, cada vez pierde más batallas. Ya le han dado de alta y se ha incorporado a su trabajo. Hace tan sólo unos días ha vuelto a clase con sus 24 queridos discípulos. Y todos los que la queremos nos alegramos con ella. Y mucho.
Cada vez que nos reunimos, me gusta tomar una imagen del grupo. Tenemos ya...un montón. Después de ver la última que nos hicimos, entre varías de nosotras, llegamos al acuerdo de no hacernos más fotos en reuniones futuras. Ya no nos gusta "como salimos". Pero, pensándolo bien, es una tontería el no hacerlo. Creo que hay que seguir coleccionando esas fotografías. Aunque cada vez hayan más canas, mas arrugas, más kilos, pero... estamos ahí, con infinitas ganas de vivir. Y de cuidar y acrecentar -si cabe- el cariño que nos tenemos. Por muchos años.
Hoy le mando por mail la dirección de mi blog. Es la única de las otras nueve, que navega por Internet, por razones de trabajo y de ocio. Quiere visitarme.
María Jesús, bienvenida a mi blog. Es tuyo.
Un besote.
Maat
4 comentarios:
Que una persona conserve sus amistades, dice mucho de ella. Gracias por visitar mi blog, ahí está,para cuando que te apetezca. Seguiremos en contacto, ya que he descubierto un magnífico blog. Ahh, y para novato, yo, que me veo incapaz de, por ejemplo, poner música de fondo. En foros lo explican muy bien, pero yo no soy capaz. Un abrazo
Me ha gustado mucho esta historia de amistad. Especialmente porque es una historia alegre, muy emotiva, que nos cuenta muchas buenas noticias: la de un reencuentro que es cada vez más intenso y frecuente, la de una victoria, la del optimismo y la de compartirlo en tu blog, como si quisieras gritarlo y que todos participemos de tu alegría. Me has regalado una gran sonrisa.
Gracias y un abrazo,
Ramón
Tranquilo Cesar. Llevo semanas intentando aprender a poner música en mi blog. Pero no hay forma...
No dudo que al final, lo conseguiré.
Llevo sangre extremeña en mis venas.
En cuanto conquiste la fórmula, te la cuento.
Gracias por tu visita.
Un abrazo.
Maat
Ramón, no tienes idea la "moral" que me da tu comentario. Que tu profe te escriba esas cosas es gratificante. Ya sabes, voy lenta pero segura.
Gracias por visitar mi blog.
Un abrazo.
Maat
Publicar un comentario