Gris y más gris. No estás, y yo estoy triste
De una tristeza apenas explicable
Con palabras, y de una imperturbable
Soledad, que por ti nace y existe.
Siempre de gris, mi corazón se viste:
Polvo y humo, ceniza abominable
Y la envolvente bruma irrenunciable
Que estaba ayer. Y hoy. Y que persiste.
Gris a mi alrededor. Contra mi mano
La nube espesa se va abriendo en vano
Porque el fuego que soy, no está encendido
y hay niebla en lo que miro y lo que toco.
Ah, yo no sé...Tal vez te odio un poco
Porque está gris, y llueve y no has venido.
JULIA PRILUTZKY
1 comentario:
Ay, las ausencias... Nada llena las ausencias...
Un abrazo.
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