11 de octubre de 2008

Un lugar donde no fuí...

Llevo varios días publicando en mi espacio temas y fotos de mi crucero fluvial de este verano .
En el restaurante del barco, en el que hicimos todas las comidas del viaje, nos asignaron una mesa para todos los días a mis amigos, a mi esposo y a mi. Nos agruparon por nacionalidades, y compartimos mesa y mantel con una entrañable familia de un pueblo de Gijón. Se trataba de madre e hijo con sus respectivas parejas. Encantadores. Con la madre, Espe, conecté de una forma especial. Se rió de lo lindo con nosotros. Esos ratos de asueto delante de buenos platos de comida facilitan mucho las cosas. Incluso esos ratos que el balanceo de la Belle de Cadix nos recordaba que estábamos navegando por el travieso Atlántico. El carácter un poco socarrón y ocurrente de los valencianos contrastaba un poco con el carácter de nuestros compañeros de mesa. Y Espe se reía con ganas de cualquier ocurrencia de las mías. La primera noche, después de la cena, y antes de irse a su camarote, vino hasta mí, y dándome un apretón en el brazo me susurró "eres tremenda", frase que cerró con un beso y que no dejó de dármelo ni una de las noches siguientes. El último día, casi me hizo jurar en arameo que sí que iríamos a visitarles a su casa de Gijón, cosa que me aseguró, le hacia mucha ilusión. Iremos.

Una de las excursiones optativas y a la que no fui era la visita a Tanger. Hace unos días, nuestros amigos de Gijón, sabiendo que me gustaba tomar fotos de "todo", me enviaron unas cuántas imágenes de las que ellos tomaron precisamente en la ciudad que no visité. Todo un detalle digno de mi agradecimiento. Aquí os dejo algunas...





































Desde este rincón os mando un abrazo muy fuerte. Si todo va bien, nos veremos pronto.


Maat


































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