2 de septiembre de 2008

Mi crucero fluvial (1)

El primer día de viaje, para mi, es un tanto especial. Cuando "consigo" tener preparado el equipaje, tarea algo ardua, amenizada por los comentarios intermitentes y jocosos de mi esposo:

-eso,¿ crees que también lo vas a necesitar?-

-es imposible que te de tiempo a usar toda la ropa que te llevas-

-va a ser imposible cerrar tu maleta-

-etc, etc, etc....

pues bien, cuando ya por fin, la maleta está cerrada, eso si, faltando pocos minutos para salir de casa, y mi esposo opositando al infarto emocional, la ilusión del viaje, el temor a la parte desconocida del trayecto, el cansancio de los preparativos...hacen que el primer día de vacaciones tenga un sabor especial. Es la sal del viaje. No podría ser de otra forma. Y mira que mi esposo lo intenta....

Partiamos de casa a la 1 de la mañana con una pareja de buenos amigos, Manolo y Mari Carmen. En cuanto se enteraron de nuestro proyecto de vacaciones se sumaron al mismo, consiguiendo el último camarote que estaba disponible del barco. Otros amigos, Amparo y Vicente, se quedaron en la lista de espera por si se producía una baja. Pero no hubo suerte.

El barco salía a las 12,30 desde Sevilla, y el trayecto hasta allí lo hicimos en dos tramos. Hasta Madrid, con nuestro coche, y luego con el AVE hasta Sevilla.


Llegamos a Santa Justa a las 9,30, y marchamos directamente al muelle de Las Delicias donde nos esperaba el barco en el que íbamos a vivir nuestra "aventura fluvial".



Como el horario del viaje lo había calculado mi esposo, nos sobraban casi dos horas una vez acomodados en el barco. Gracias a ello, ese tiempo lo dediqué a visitar un edificio que vi desde el muelle y que llamó mi atención, se trataba del Costurero de la Reina.

Es un edificio que toma su nombre de una enternecedora leyenda que sitúa a Maria de las Mercedes, enamorada de Alfonso XII, bordando su ajuar, tras alguno de los balcones forjados de hierro, con capiteles del siglo X, acariciada por los rayos del sol que se colaban por sus cristales.


Es el edificio más antiguo de estilo neomudéjar que se construyó en Sevilla. Fue en el año 1893. Su arquitecto fue Juan Talavera y de la Vega y lo encargó edificar Antonio de Orleans, duque de Montpensier, casado con la Infanta Maria Luisa Fernanda de Borbón,-padres de Maria de las Mercedes- y que influenciado por la arquitectura orientalista que en esos momentos imperaba en Inglaterra, decidió traerla a Sevilla.

Se trata de un edificio de planta exagonal con forma de castillo con torrecillas en las esquinas, y desde el que se divisaba toda la zona del Palacio de San Telmo, residencia de los Duques de Montpensier, donde el guarda de la misma tenía su vivienda y era también utilizado como pabellón de retiro de los jardines de San Telmo. Está muy próximo a los jardines de Maria Luisa y a la Plaza de España. En la actualidad es utilizado como Oficina Municipal de Información Turística y en su planta baja y en el jardín, encontramos información sobre la exposición de Sevilla del año 1929 por medio de paneles, murales y recursos multimedia.

A destacar la conservación de los azulejos trianeros de las paredes y de los techos d
el edificio, y una preciosa escalera de caracol de mármol blanco que une las dos plantas, así como el jardín situado en la parte trasera del pabellón.



Tomando estas fotos me encontraba cuando sonó mi móvil. Mi gente, desde el barco, me "recordaba" que zarpábamos en 30 minutos....

Y zarpamos. A la hora exacta. Yo me acomodé en la proa del barco. En los laterales habían unos cómodos bancos y tomé posesión para no perderme nada. Nos esperaban 80 kilómetros de trayecto hasta llegar a la desembocadura del Guadalquivir, lugar donde viraríamos hacia Cádiz, nuestro destino final ese día.

La travesía por el Guadalquivir fue una auténtica gozada. Solo abandoné la proa del barco para comer. Nada más terminar con el delicioso menú que nos sirvieron en el comedor del barco,
en la planta inferior, volví a mi lugar preferido para seguir disfrutando del paisaje que nos brindaba el paseo por el río más largo de España.

Pasamos por el puente del V Centenario, último puente del Guadalquivir, y que fue c
onstruido con motivo de la celebración de la Exposición Universal de 1992. Lleva este nombre para conmemorar el aniversario del descubrimiento de América y fue inaugurado en el año 1991. Los ingenieros fueron José Antonio Fernández Ordoñez y Julio Martinez Calzón. Su longitud es de 2016 metros, sus dos torres miden 120 metros de altura y su tablero se sitúa 45 metros sobre el Guadalquivir para facilitar el paso de los barcos.

Debido a su semejanza con el Golden Gate Bridge de San Francisco, los sevillanos, con
esa gracia andaluza que se caracterizan, lo llaman cariñosamente "Paquito".


El río Guadalquivir, nace en la sierra de Cazorla, en Jaén, a 1400 metros sobre el nivel del mar y atraviesa toda Andalucía, de oeste a este, incluso territorios de Murcia, Albacete, Ciudad Real y Badajoz. Su nombre deriva del árabe Wadi-al-Kabir (río grande). Su longitud es de 657 kilómetros. Desemboca en el Atlántico, junto a San Lúcar de Barrameda, formando linea divisoria entre Cádiz y Huelva.
Desde Sevilla hasta la desembocadura del río en el Atlántico nos esperaban 80 kilómetros de travesía d
esde donde teníamos mucho que ver y sobre todo, aprender. A la derecha, quedaban los pueblos del Aljarafe, Puebla del Río, Isla Mayor, Lora del Río y Villamanrique de la Condesa son zonas de cultivo de arroz por excelencia, con una extensión de 30.000 hectáreas. Cultivo que se introdujo en los años 20 del pasado siglo, con la presencia de muchos agricultores valencianos expertos en estos cultivos. Actualmente, en esta zona, se recolecta el 40% de la producción de este producto en España.

Tengo que confesaros que esa tarde, recostada en la proa del barco, mecida por su leve movimiento, envuelta en la brisa que llegaba del Atlántico, y contemplando la
espléndida panorámica que se nos ofrecía a ambas partes del río, me tomé la siesta más reconfortante de toda mi vida. Un verdadero lujo.

Al empezar a caer la tarde, las barcazas de pesca volvían de faenar. En perfecto orden. Una detrás de otra. Alguna de ellas, en la que se estaba procediendo a elegir pescado, ven
ía escoltada por una nube de gaviotas, conocedoras de que allí había pesca segura. Personalmente, admiro a las personas que se dedican a la pesca. Su labor es sacrificada, difícil, callada y ¿ justamente compensada....?


A nuestra derecha, pudimos ver la mayor reserva ecológica de Europa, el Parq
ue de Doñana, que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1994. Es una zona natural protegida que comprende en las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, con una extensión de 53.835 hectáreas. Su nombre viene del de Ana Gómez de Mendoza y Silva, esposa del VII duque de Medina-Sidonia, que se mudó a una casa de la reserva de caza y se le llamó Coto de Doña Ana, que terminó por denominarse, Doñana.

En el Parque Natural de Doñana se encuentran masas forestales de pinos, y gran cantidad de matorrales de jaguarzo blanco, jaras, y brezos. También se encuentran especies arbóreas como el alcornoque, algunos de ellos muy antiguos y que sirven de asentamiento a numerosas colonias de aves, el acebuche, el madroño y la olivilla. La humedad filtrada de las arenas posibilita que se desarrollen juncos y pastizales.
Entre su fauna podemos distinguir al lince ibérico, el zorro, el jabalí, el ciervo, el gamo, la nutria, el turón, el tejón, la comadreja, el meloncillo que se alimenta básicamente de conejos.
Entre las rapaces que viven en esta zona vemos el águila imperial ibérica, el águila cu
lebrera, el milano negro, el milano real, el aguilucho lagunero, el aguilucho cenizo y el mochuelo.
El Parque de Doñana es un terreno especial para el paso de numerosas aves migratorias, como por ejemplo el flamenco, que se cría en el interior de Doñana y que actualmente es una de las aves españolas en peligro de extinción.
Otras de las especies que podemos encontrar son la cigüeña blanca, la cigüeña negra, la avoceta, el ansar común, la garza imperial, la focha, el martinete, el ganso, el porrón pardo, el tarro canelo, la cerceta pardilla y el ánade real, especie ésta última que resulta inconfundible por su gran pico rojo y su vistoso plumaje de color azulado, siendo en España su única área de cría.

Más hacia el interior, y en la zona de pinares, pueden encontrarse perdices, alcaudones reales, cabras, palomas torcaces, mirlos y rabilargos.
La marisma es la zona de mayor extensión y que su aspecto varía según la estación del año. En invierno aparece inundada gracias a las lluvias y constituye el lugar de invernada de gran número de aves que realizan sus rutas migratorias entre Europa y África, tales como las cigüeñas, ánades, patos cuchara, cercetas y calamones.
Las dunas que forman grandes extensiones de arena, nacen en la playa y pueden alcanzar alturas de hasta 10 metros ocasionando zonas protegidas que reciben el nombre de "corrales", donde se asienta la vegetación.



Al llegar al Océano Atlántico, el río Guadalquivir se abre formando un estuario que tiene unos 500 metros de anchura y más de 4 kilómetros hasta que dicho estuario entra en el mar.

Para entonces, ya podemos disfrutar divisando San Lúcar de Barrameda.


Continuará.....




1 comentario:

COCO dijo...

Precioso blog, estoy siguiendo tu crucero fluvial pero no encuentro todas las entradas solo he encontrado 3, es un crucero que nos gustaría hacer, aunque mi marido no le hace mucha gracia, hemos hechos ya 3 cruceros y este año el fluvial era una opción, viendo la manera que lo describes te cogen ganas de ir, eres una gran narradora muchas felicidades.
Saludos..... voy a ver si encuentro la continuación de tu crucero.