1 de julio de 2008

Dominio


Con tu palabra última
-adiós-
anoche encadenaste
la noche a tu silencio.
Aunque el rayo de sol
en los ojos me hiera
con su ciega evidencia,
la noche limpia y pura
tal como anoche era
en tu silencio se conserva.
Y no se irá nada,
secreta, ultraterrena,
hasta que tú, con la primera palabra
de tus labios de hoy
-adiós- crees el día.

PEDRO SALINAS

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