3 de enero de 2008

Mis queridas amigas...

Más de una vez, en este espacio, os he compartido algún momento malo de esos que a todos alguna vez nos toca vivir. Hoy, quiero relataros algo tan sencillo y cotidiano como una cita de amigas. Considero que tiene su punto de comicidad. Si a lo largo de su lectura consigo que una sonrisa se dibuje en vuestros labios, me daré por satisfecha. Ahí va...

Ayer, y después de todas estas fiestas en las que me he pasado horas y horas preparando comidas y cenas, era el primer día, que milagrosamente no tenía a nadie a comer en casa. Al despertarme, me premié con un rato de holgazanear. Tomé mi MP3 y el libro que acabo de comenzar a leer (La ladrona de libros, con el que, por cierto, no "acabo" de conectar) y me prometí un buen rato de relax. ¿Os gusta leer en la cama? A mi me encanta, vamos, me salgo del mundo...

Pues bien, en esas estaba, escuchando a Perales ¿Y cómo es el? cuando sonó mi teléfono. Era mi amiga MCT. No sé si recordareis, que hace unos días os hablaba de una amiga que trabajaba con personas enfermas mentales crónicas, y que a final de año se terminaban los fondos con los que sostenían esta asociación
. Pues bien, llegó final de año, de presupuestos y por consiguiente del trabajo de mi amiga, y lo peor de todo, los talleres para esos chicos...(aunque parece que hay una ligera esperanza a partir de reyes para ellos)


Después de los saludos habituales de primero de año, mi amiga me hizo la pregunta del millón...

MCT, ¿Que planes tienes hoy?...

M. De momento, ninguno (mentí), ¿por qué me lo dices?

MCT, ¿Podemos vernos esta tarde y charrar un rato? He venido al taller a traer unas cosas y me marcho para casa en un par de horas.

M. Pues mira, no te marches a casa, cuando acabes te vienes a la mía, comes aquí, llamamos a FF y quedamos con ella para la tarde, cuando acabe de trabajar y merendamos juntas.

Dicho y hecho.... A MCT le encantó la idea, aparqué mi MP3 y mi libro para mejor ocasión, y aterricé en mi nevera a ver lo que podía improvisar. Intentaría compensar un poco a mi amiga el mal "primer día de no trabajo" que imaginé estaba pasando.

La verdad es que la cosa me salió bastante bien. Organicé pronto el menú. Todo con restos de estos días, pero sobre ser "restos", todo muy apetecible. Y ya puestos, os lo cuento.
De entrada, preparé una bandeja con triangulitos de queso y unas lonchas de pavo trufado con pistachos adornada con huevo hilado y cerezas confitadas. Muy vistoso. (Contraste de sabores sublime)
Para primer plato, preparé unas alcachofas enteras, rellenas con taquitos de jamón, ajo y unas gotitas de aceite de oliva. (Depurativas)
El segundo plato fue un hojaldre de foie de pato con zumo de uva. Bueno, esto suena muy pretencioso, pero os aseguro que es rápido de hacer. El hojaldre, comprado. El hígado de pato, también está hecho, y el zumo de uva, lo compro en tarritos, que sólo tienes que abrir y rociar el relleno... ¿Veis como es sencillo? Sinceramente, os lo recomiendo. Un manjar de dioses...

Después de una agradable sobremesa y de intentar en vano conciliar a mi amiga con la informática, mostrándole cosas de mi blog, (se niega totalmente a tocar un PC) nos marchamos hacia el lugar donde habíamos quedado con FF. No sé aún ni como lo hicimos (no es lo normal), pero llegamos 15 minutos antes de la hora prevista. Y bueno, para "hacer tiempo" nos colamos en una librería para dar un vistazo... y picamos. Yo me compré un libro de poemas, y mi amiga, que tuvo que venir a "sacarme" de la sección de poesía, llegó con una bolsa conteniendo el libro que había comprado. Nada más salir a la calle me lo dio.
-Toma, es para ti. Te gustará. Y no me repliques, que te conozco-
No repliqué. Y seguro que me gusta. Cuando ella lo dice....

(Vale. Os lo digo. El libro se titula "Las arquitecturas del deseo" de José Antonio Marina.)

La cita con FF era en un sitio como para no perderse, el reloj de la fachada de la estación del Norte. De lejos, ya la vimos mirando a ver por donde llegábamos. Después de los besos, abrazos y preguntas de rigor nos dispusimos a buscar un sitio para merendar y charrar...

Y ahora, me vais a permitir que transcriba los diálogos que siguieron. Aún me río con solo recordarlos.

M. ¿a derechas o a izquierdas? les pregunté. ¿Hacia donde nos dirigimos?

FF. A mi me da igual. Sólo voy a tomar una manzanilla. No me he repuesto aún de las comilonas de Navidad.

M. Bueno, pues como está lloviznando, vamos allí enfrente. (Les propuse una cafetería de esas tan coquetuelas que entras y te pones a leer los nombres de todos los cafés que puedes elegir, y que cuando acabas de hacerlo es hora ya de irte a casa a cenar...)

MCT. No. Ahí, si no os importa no quiero ir. Me trae malos recuerdos...

M. Bueno, pues vamos a la calle San Vicente. Hay otra cafetería muy chula, aunque hemos de andar un poco más y la tarde no acompaña...

MCT. Oye, tan lejos no. La bolsa que llevo pesa lo suyo. (Llevaba sus pertenencías que había retirado por la mañana de su finiquitado lugar de trabajo)

FF. Pues yo te ayudo. Tú llevas un asa y yo la otra.

MCT. No, no hace falta. Yo puedo, mujer. Pero vamos a un sitio más cerca.

(Parecía que la cosa se complicaba)
M. Bueno, venga. Vamos a buscar algún sitio. La aventura es la aventura... MCT, ¿dulce o salado, que prefieres?

MCT. Yo a ser posible, salado.

M. Pues vamos a un sitio que creo os gustará... (aquí reconozco que me pasé haciéndome ilusiones)

Estábamos a punto de llegar cuando MCT muy socarronamente me preguntó: ¿que? ¿dando la vuelta a la manzana?

M. Ya llegamos, mujer, ya llegamos. Y....llegamos.

FF. ¡Huy! , aquí no van a tener manzanilla. Seguro que no tienen manzanilla. Esto es solo de tapeo.

M. Pero FF ¿cómo no van a tener infusiones en un sitio como este? Espera y lo pregunto.

Total, que allí me voy yo a preguntarle a una alucinada camarera del mostrador si tienen infusiones....Me lo confirma.

M. Si que tienen infusiones. Puedes entrar mujer de poca fe ... (le digo ya un poco mosca)

Entramos. La camarera nos miraba. Prefiero no querer adivinar lo que pensaba al mirarnos... Cuando ya "casi" me había sentado, la voz de mi amiga FF me paralizó.

FF. Vamonos de aquí. Yo no puedo estar sentada en estos taburetes con mi hernia discal....

Y nos fuimos. Al pasar por delante de la camarera de la manzanilla, no quise ni mirarla.
Ya en la calle, FF se deshacía en explicaciones...

M. Vale, no pasa nada. Buscaremos otro sitio. Ves mirando a ver donde hay sillas que te convenzan.

Pasamos por una media docena de sitios... Ninguno tenía sillas adecuadas. Por fin, había una barecito con sillas aparentemente cómodas. Me dispuse a abrir la puerta para entrar. Pero otra voz me paralizó. Esta vez era MCT. Aquí no. ¿No ves el cartel? Prohibido fumar.

Me cuadré delante de ellas y con un tono un poco más subido les dije: tengo la ligera impresión de que lamentablemente hemos llegado a esa edad en la que ya no se puede salir de casa...
Me miraron asombradas y no me contestaron. Les invité a que buscaran entre las dos el sitio adecuado y que me avisaran cuando lo encontraran. Yo desde luego, ya no participaba en la búsqueda. Por fin, encontraron uno con muchas posibilidades. Entramos. Las sillas si que parecían cómodas, pero las mesas eran chiquitas. Ellas, muy lanzadas, se dispusieron a unir dos
y les dije que se esperaran, que iba a preguntar a la barra si podía ser. Era mi tarde de preguntas en las barras de bar... La camarera que me atendió en ésta ocasión se esforzó lo suyo para contestarme en español. Pero para lo que me dijo, no valía la pena el esfuerzo:

- a las 2 si puede, a las 6,30 no puede-

Me di media vuelta y mis amigas, sin esperar el resultado de mi viaje a la barra ya estaban acomodándose en las dos mesitas juntas. Les empecé a avisar de que no se podían juntar las mesas pero no terminé...la diligente camarera me adelantó, y pasando entre mis amigas separó en un pis pas las mesas, a la vez que repetía: no se puede, no se puede.

M. Me imagino que no querréis estar aquí, encogidas todo lo que queda de tarde ¿no?

Si que querían. Y yo no iba a empezar una batalla inútil. Estaba en desventaja. Dos contra una. Entonces me hice una recomposición rápida. ¿Que era en realidad lo que me apetecía en esos momentos? Sentarme a charrar un rato ¿no? Pues eso hice. Sentarme, encogerme y procurar pasarlo lo mejor posible...Eso si. Pedí lo justo. No me apetecía nada hacer gasto en ese local. Sería también lo más encogido posible.
Para entonces MCT ya tenía encima de la mini-mesa su paquete de tabaco picado, su papel de fumar y sus boquillas.... Es todo un ritual la forma en que se prepara sus cigarrillos.

MCT. Y bien chicas, contarme ¿cómo estáis?

Dejé que fuera FF la primera en contestar.
Cogí mi bolso, saqué una libreta y un boli, y le dije a MCT: la que vas a contar vas a ser tú. Quiero hacerte una entrevista para mi blog. Si te parece bien, claro. Solo si te apetece...
Y le apetecía. Pasamos dos horas entrañables. De confidencias. Nos supo a poco. Y la entrevista se quedó a mitad. Acordamos reunirnos lo antes posible para terminarla. MCT estaba entusiasmada con la charla que propició la entrevista y con la cantidad de cosas que fueron "saliendo" a través de ella.
Salimos del local y tengo que deciros que realmente no estuve incómoda. Estrechas, pero bien. Eso si. La mesa que no nos dejaron juntar, en todo el rato que estuvimos allí dentro no tuvo comensales. Fue momentáneo, pero me alegré. Ya lo sé. Es una maldad...
Ya en la calle, andamos unos metros juntas y nos despedimos. Cada una tenía que tomar una dirección distinta. Tengo que deciros que las despedidas (y recibimientos) de MCT son especiales. No te da dos besos como la mayoría de gente hace. Ella te abraza con toda su fuerza. Por unos segundos, te convierte en su osito de peluche. No conozco a nadie que se despida con la calidez que ella lo hace. Y a decir verdad, se agradece. A todo el mundo nos gustan las demostraciones de cariño ¿no?

Cuando estaba a punto de llegar a mi coche entró un mensaje en mi móvil. Lo leí. Era de mi hijo. " Mamá, os espero a cenar en casa. El papá ya está avisado. Así podremos ver juntos el partido del Valencia". Besitos. (La gripe no le ha permitido ir hoy al campo de fútbol)
Sonreí. Le contesté mentalmente, ¿ver juntos? Será "sufrir juntos". ¡Menudos malos ratos nos está haciendo pasar el Valencia de mis entretelas!

Así transcurrió mi día. Nada que ver con lo que yo me imaginaba al despertarme por la mañana.
Pero no lo cambio. Y encima, el Valencia que nos hizo "sufrir" en la primera parte, ganó 3-0 al Real Unión de Irún y sigue jugando en la Copa del rey...

MAAT
























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