6 de diciembre de 2007

Navega



Arrodíllate y reza.
No. Navega,
navega sobre tu llanto.

Marinero:
lágrimas,
lágrimas,
lágrimas...
la nube...el río...el mar.

Que no me tejan pañuelos
sino velas
Que no me consuele nadie,
que no me enjuguen el llanto,
que no me sequen el río.
Lloro para que
no se muera el mar,
mi padre el mar, el mar
que rompe en las dos playas,
en las dos puertas sin bisagras del mundo,
con el mismo sabor viejo y amargo
de mi llanto. Yo soy el mar.
Soy el navegante y el camino,
el barco y el agua...
y el último puerto de la ruta.

Y allá
más allá del mar...
al final de mis lágrimas
está la isla que busca el navegante.

LEÓN FELIPE





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