Yo adoro la poesía
de los cantares,
la que de noche agita
los olivares
murmurando recuerdos
de los harenes;
la que con la guitarra
llora pesares
y en las alegres fiestas
celebra bienes.
La que engendra en mi tierra
de Andalucía
el ardor en los ojos
de la morena,
y en la mata de nardos
la poesía
y el olor en las hojas
de yerba buena.
Y es en el campo alegre,
verde romero,
y olvido en el suspiro
de la arboleda,
y allá en los altos picos
nieve de enero
que a los goces de mayo
presente queda.
Amo la flor que al sueño
cierra su broche,
las caprichosas nubes
de los celajes,
la venturosa reja
que da a la noche
la soledad dormida
de los paisajes.
Por eso a ti te adoro,
porque en ti miro
realizados los sueños
de mis pasiones;
porque en tus negros ojos
noche respiro,
porque beso en tus labios
mis ilusiones.
MANUEL MACHADO
de los cantares,
la que de noche agita
los olivares
murmurando recuerdos
de los harenes;
la que con la guitarra
llora pesares
y en las alegres fiestas
celebra bienes.
La que engendra en mi tierra
de Andalucía
el ardor en los ojos
de la morena,
y en la mata de nardos
la poesía
y el olor en las hojas
de yerba buena.
Y es en el campo alegre,
verde romero,
y olvido en el suspiro
de la arboleda,
y allá en los altos picos
nieve de enero
que a los goces de mayo
presente queda.
Amo la flor que al sueño
cierra su broche,
las caprichosas nubes
de los celajes,
la venturosa reja
que da a la noche
la soledad dormida
de los paisajes.
Por eso a ti te adoro,
porque en ti miro
realizados los sueños
de mis pasiones;
porque en tus negros ojos
noche respiro,
porque beso en tus labios
mis ilusiones.
MANUEL MACHADO
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