27 de enero de 2010

¿Cómo te has portado hoy?


Cuando a primeros de curso me comprometí a cuidar a Irene cada tarde, intuí que íbamos a compartir ratos muy agradables. Para mí, era una ilusión entrar en contaco de nuevo con el mundo de los niños,  ya que lo considero fascinante.

La realidad supera cada día cualquiera de mis previsiones y las anécdotas y vivencias se suceden sin tregua. De todo tipo.


A las cinco en punto, se abren las puertas del colegio y el patio está sembrado de pequeños que, en desordenadas filas,  esperan impacientes a las personas que llegamos a recogerlos. Una de esas tardes, observé que Irene estaba seria. Cuando la tuve cerca y me dispuse a tomarla de la mano para irnos a casa, me di cuenta que llevaba una diminuta pegatina roja  con los trazos de una carita apenada, en su floreado jersey. No le di mayor importancia, pues en ese momento lo que realmente me importaba era saber que le ocurría.

-¿Qué te pasa, Irene, estás enfadada por algo? -pregunté-

- No. Estoy triste.

Y ya no le apeteció darme más explicaciones a pesar de mis insistentes preguntas.

Los comentarios de las mamás de otros dos niños me aclararon la situación:

-¿Te has portado mal hoy, eh, Irene?-Le comentaron al cruzarse con nosotras.

Yo no tenía ni idea, pero la pegatina que lucía la cría era una carita triste de color rojo que significaba que  había tenido un día "movidito" en el cole. Me quedé atónita. Y como por edad, ya estoy más cerca de ser una abuela consentidora que una mamá, discretamente le quité aquella prueba que iba contando a los cuatro vientos que había tenido un mal día. Sinceramente no me gustó ese método educativo y cuando llegó su mamá a mi casa se lo comenté. Le pedí permiso para que,  cada día que una pegatina roja acompañara a la niña, pudiera quitársela en cuanto saliésemos del campo de visión de su profesora. Y me lo dio. Me parece muy bien que, si se portan mal las corrijan, pero dentro del recinto escolar y en el momento que hacen la fechoría. Lo demás...creo que sobra. Sobre todo, porque la cría tiene tan solo tres años.

Esta circunstancia me llevó a recordar algo  que ocurría en el colegio  donde estudié. Allí no teníamos pegatinas de colores, pero si unas preciosas bandas de raso de colores varios, a las que nos teníamos que hacer merecedoras a lo largo de todo un mes. La de color verde, significaba que habíamos sido puntuales a las horas de entrada al centro. La rosa se concedía a la niña más aplicada de la clase en sus deberes. La azul celeste se ganaba en las clases de Religión. La roja era para mí la más inalcanzable, pues observar buena conducta a lo largo de todo el mes era harto difícil. Y la blanca... ¡ay! la blanca. Esa era ya el colmo de la perfección, pues la niña que la obtenía, era porque durante todo el mes, había conseguido reunir todos los requisitos anteriores. Se llamaba la banda de "honor".  Vamos, el súmmum. A mí nunca me la dieron. Mejor dicho, nunca hice los suficientes méritos para ganarla.

La ceremonia de entrega de bandas tenía lugar el primer dia  del mes, en presencia de los profesores y de la directora del centro.  Era emocionante recibirla entre los aplausos  de las compañeras. Luego venía lo mejor ya que  ese día, nos dejaban marchar a casa con ella puesta.  Aquellos pedazos de raso de colores haciendo aguas, en bandolera, sobre los uniformes oscuros, lucían lo suyo. Las sensaciones vividas a lo largo del camino que separaba el colegio de nuestro hogar eran indescriptibles. Y ya en casa, se montaba la fiesta. Por la noche, recuerdo que dejaba mi banda colgada en la habitación en un lugar que la pudiera ver desde la cama y, como me costaba dormirme por la emoción, encendía varias veces la luz para mirarla y  asegurarme que estaba allí y que no era un sueño.

En todas las clases existía un cuadro de honor. Y cada mes, las fotografías de las galardonadas lucían en él para su deleite  y,  acicate del resto. En lugar destacado, figuraba la alumna de la banda blanca, que en mi curso coincidía casi siempre en la misma persona. Realmente, era una superdotada y además, curraba un montón. La tenía bien merecida.

No quiero decir que aquello fuera mejor que esto. Cada época tiene lo suyo. Lo realmente importante son los resultados. Y no dudo que los educadores van buscando los mejores métodos para encauzar  a nuestros niños las horas que están a su cargo. Pero esto de las pegatinas de colores  fuera del recinto escolar "chivándose" de un mal día de un crío de tres años me parece inapropiado. Lo mismo que la verde, que significa lo contrario. O la amarilla, que denota que el niño en cuestión, ha nadado entre dos aguas.

Si a los adultos, al final de nuestra jornada, una mano inocente nos colocara sobre nuestro pecho una pegatina de colores que evidenciara nuestra conducta del día, ¡la de sorpresas que íbamos a llevarnos...!

A ver. ¿Cómo te has portado hoy?

Maat

20 comentarios:

tag dijo...

Maat,

Vaya, vaya, con que te daban la banda y todo.
En el cole que yo iba no habian bandas de colores, solo la libreta de notas donde anotaban las maestras todas tus aptitudes, atención en clase, puntualidad, orden y limpieza, etc...
Pero bandas, la unica que yo tenia era la de fallera,jajajaja.

Lo que dices de las pegatinas estoy de acuerdo contigo.
Una vez salen del colegio esa identificación publica de buen o mal comportamiento me parece cruel.

Mis sobrinos nietos que ya van a la guarderia, llevan una libretita donde les anotan diariamente a sus padres todo,lo que han comido, si han dormido la siesta,si han participado en tal juego... supongo que el año que viene empezaran a valorar su comportamiento y tambien lo escribiran. Pero para que lo sepan los padres, no todo el barrio.

Has hecho bien en quitarle la pegatina a Irene.
Como tu dices, si todos los adultos tuvieramos que llevar a la vista pegatinas de nuestro comportamiento diario, uffff, cuantas sorpresas nos ibamos a llevar.

Un besito

MORGANA dijo...

CREO,QUE ES UNA MANERA DE HUMILLAR MÁS QUE DE MOTIVAR.
SINCERAMENTE EXISTEN OTROS METODOS BASTANTE MAS EFICACES Y MENOS HUMILLANTES QUE ESTOS.
BESOS.MJ

Ana dijo...

Estoy de acuerdo contigo...En el cole de mis niñas cuando iban a 1ºde primaria, traían una cartulina. En ella si se habían portado bien le pintaban un rey de carita sonriente, y si no se habían portado bien traían una carita triste, pero dentro de su mochila, y teníamos que firmarlo y devolverlo al día siguiente.

Muchos besitos preciosa.

aapayés dijo...

Me acorde de mi hija.. un día le pregunto ¿como te has portado en el cole? y ella fija me dice.. Bien!!

¿y vos como te has portado en casa?

Sonreí.. y le di un beso..

Te dejo mi abrazo
Con mis laudos fraternos de siempre..

Trini Reina dijo...

Bueno, aún no lo sé, me he levantado sólo hace una hora:):)

No me gustan las etiquetas y menos cuando estas pueden hacer que unos humillen a los otros. En este caso es aún peor, ya que de todos es sabido lo crueles que pueden llegar a ser los ñiños. Hiciste bien en quitársela, al menos a mi me lo parece, aunque creo que los papás de hoy piensan de otra manera, no como yo, que ya por edad, pienso como abuela.

Besos

mar... dijo...

Hola Maat
Completamente de acuerdo contigo, es más creo que yo le hubiera quitado la pegatina en cuanto la hubiera visto y hubiera preguntado que es lo que ha pasado.
El sistema educativo en ese aspecto está tomando unos cauces que no llego a entender del todo, es como los castigos comunitarios, si uno falta al respeto a un profesor el castigo va para todos los niños, lo que me parece inapropiado.
También es verdad que mucha culpa la tenemos los padres, algunos les sacan la cara a sus hijos en cualquier circunstancia y no piensan que un castigo les puede resultar beneficioso, yo pienso que todos tenemos derechos, pero también obligaciones y cada uno se debe hacer responsable de sus actos
Un beso de Mar

mimbre dijo...

Hola Maat...
Gracias AMIGA por tus palabras...
Lamento que ya pasaste por el trance que estoy viviendo, es la vida...
Disculpa que no comente, solo vine a agradecer
Un abrazo enorme
Osvaldo

Unknown dijo...

Pues gracias a Dios que en mi cole ni en el insti donde estudie eso existia, porque por lo único que me darían sería pegatinas o cintas que dijeran: mal comportamiento, habla mucho en clases pero lo más importante es que siempre llevaba buenas notas, eso es lo único que me salva de que me cascaran en casa XDDD... Porque los profesores se chibavan en el boletín.

Y si los adultos tuvieramos que llevar pegatinas o cintas para indicar como nos hemos portado en el día, no se yo que color tendría la mía, pero estoy segura que podría ser negra indicando lo peor... La mala conducta no se cura con los años :)

Un beso guapa y te apoyo en haberle quitado esa pegatina a la peque, yo hubiese hecho exactamente lo mismo.

Ardilla Roja dijo...

Hola Maat

En mi colegio nos ponían medallas si nos portábamos bien. Llevaban un imperdible y se hacia toda una ceremonia en clase a la hora de ponerlas. Y al revés que le ocurre a Irene, eran los galardones los que se mostraban fuera del colegio.

Cuando alguien se portaba mal, iba al rincón durante la clase y siendo más mayores nos quedábamos sin recreo. Más adelante si no te sabías la lección nos hacían escribir cien veces o mil, la respuesta correcta a lo que te preguntaban.

Este método que han aplicado con Irene me parece cruel y muy negativo, sobretodo a esa edad. Me recuerda a las orejas de burro que ponían antiguamente, que ridiculizaba más que corregir la conducta.

Yo también le hubiese quitado la pegatina.

Un abrazo.

Natàlia Tàrraco dijo...

Hooola Maat, buena alumna, jejeje.

En mi "cole" no daban prémios, bandas ni medallas, no sé si eso es mejor o peor, se limitaban a la cartilla terrible de las notas, ayyy. Eso de dar prémios, sean los que sean, alientan al competitividad, no veo muy plausible lo de las bandas y cuadros de honor, jajaja, en ellos constaban los/as nº 1, los "repelentes" ¿y los demás qué?
Nebulosamente me contaron unas amigas que a los "torpes"les ponían orejas de burro, !humillante! o de cara a la pared, no era la edad media, no, allá por los 50-60 !jajaja! sí, el Neolítico.
Me parece como lo de los circulitos de colores, muuy mal. Todo valoraciones y discriminación, ni aquello era bueno, ni lo de ahora, se parecen.

Ayyy, Mattt, me he portado "pichí, pichí! Bsitos desde el Quinto pino.

Manolo Jiménez dijo...

Con tres años no creo que se merezcan llevar una pegatina contando como ha sido su día.

Yo llevaría una colección de rojas pegatinas en mi infancia, y ahora un poquito menos pero no mucho.

Abrazos.

milagros dijo...

Has hecho muy bien en quitarle la pegatina, no tengo muy clara la validez de este sistema que se utiliza. Yo también estoy más en la edad de ser abuela y estos métodos no me convencen.
Cuando yo iba al colegio de monjas, teníamos un carnet con varios recuadros, puntualidad, conducta y no recuerdo los otros, pero cuando te portabas mal te pedían el carnet y lo taladraban con una aguja y al final del mes había el recuento.
Un abrazo

José Ignacio Lacucebe dijo...

Bandas, medallitas, cuadros de excelencia, honor....... todos recordamos.
Yo también tengo presentes aquellos compañeros o yo mismo arrodillado en el suelo de caras a la pared o en las escaleras del patio junto a castigados de otros cursos.
La pedagogía no cambia demasiado con el paso del tiempo.
Hoy incluso podemos contemplar en diversas empresas un cuadro con la foto del empleado del mes.
Es difícil tener claro, yo por lo menos no lo tengo, que esos métodos aporten el deseo de parecerse a los merecedores, máxime cuando los merecedores muchas veces eran producto de un juicio particular interesado de quien lo concedía.
Un saludo

MARU dijo...

Querida Maat.
Nada que añadir a tu reflexión y a la de mis antecesores....
A los niños no hay que humillarlos nunca.
Hay que POTENCIARLOS SIEMPRE!!!!!!

Nunca hay niños MALOS, algo muy frecuente que se dice de cara a un niño....

Hay niños distraídos, revoltosos, etc.
Y si analizas la situaciión, la culpa siempre es de los MAYORES (cuando el niño tiene esas edades)
Hay niños poco atendidos, desmotivados, poco queridos, poco comprendidos, poco, poco.......

Bueno cariño, has tocado un tema....especial.
Espero que haya muchos niños rodeados de gente como tu, que se preocupa de sus sentimientos, de sus miedos, de sus inseguridades....
Te quiero, bonica.
Un besito.

Annick dijo...

Un dia malo ,lo tiene cualquiera .Os imaginan que nos pongan una pegatina roja cuando nos comportamos mal .
La primera se la pondria a la maestra de esta pobre niña ( de solo tres años ! )

Besos desde Málaga.

Ricardo Miñana dijo...

Tan pequeña y con una pegatina?,
me parece que en muchos colegios
los profesores se pasaban demasiado
eso siempre ha ocurrido.
que tengas una feliz semana
un beso.

Anónimo dijo...

Pobre niña tan pequeña y la hacen sentir tan mal. Yo no recuerdo que en mi época existiera nada para que te colgaran, solamente si algun varón se portaba mal se llamaba al padre o madre para decirselos, en la época de mi hija en el jardín les colocaban cocardas como a los bovinos ganadores. y despues en el cuaderno de comunicados venia o la reprimenda o alguna nota pegada de reunion, de disfraz o de fiesta o de excursión. No está bien que el niño se sienta como con el sombrero de burro con orejas y despues ser la burla de sus compañeros, que nunca falta alguno para herir.
Te mando un beso.

María José Moreno dijo...

No me gusta que se señale a nadie, como dice Tere es cruel. Parece que no hay muchos cambios a pesar del tiempo pasado. En mi cole tambien habia bandas y creaba muchas envidias entre nosotras.
Besitos

Alijodos dijo...

Gracias Maat por hacerte eco de esta iniciativa...nos ayudas mucho publicandolo en tu blog y procurandole la mayor de las coberturas...racibe un abrazo de mi parte y de mar...gracias de todo corazon...

casss dijo...

Pues por aquí solo recuerdo el ser elegido abanderado como honor, debiendo estar presente en todos los actos del colegio.
Creo que actualmente no solo se elige por las calificaciones sino también votan los compañeros de clase.
El sistema que emplead en el jardín de Irene, me parece anacrónico por más caritas modernas con que lo adornen.
En todo caso corregir, estimular y enseñar con el ejemplo. Por ahí creo que va el camino.
Yo me llevo un carita sonriente, pero no porque me haya portado 10 puntos, sino porque es muy simpática, jaja

Besotes.